Monseñor López de Andújar, obispo de Getafe: «El Espíritu trabaja mucho en Getafe» - Alfa y Omega

Monseñor López de Andújar, obispo de Getafe: «El Espíritu trabaja mucho en Getafe»

Este viernes las tres diócesis madrileñas van a vivir una celebración muy especial…

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Los participantes en la Misión Joven de las tres diócesis peregrinan al Cerro de los Ángeles, en junio de 2008. Foto: Alfa y Omega.

Va a ser una celebración muy bonita primero porque celebramos la solemnidad del Corazón de Jesús, que tiene una relevancia especial en Getafe, por el Cerro de los Ángeles. Este año nos vamos a unir las tres diócesis de la Provincia Eclesiástica. Daremos gracias a Dios y celebraremos la consagración al Corazón de Jesús de las tres diócesis y en particular en Getafe se clausurará la Gran Misión diocesana, una experiencia muy bonita que hemos preparado con los respectivos Años de la Fe, de la Esperanza y la Caridad, con una gran participación.

Foto: Diócesis de Getafe.

¿Cuáles han sido los frutos de la Gran Misión de Getafe?
La misión es algo permanente en la Iglesia. Nosotros lo que hemos hecho ha sido recordarlo y reactivarlo, para salir y llegar a los alejados. La Gran Misión ha estado orientada a aquellos que vienen siempre, a los que vienen de vez en cuando, y a los que no vienen nunca. A los primeros, para que se convenzan de la necesidad de llevar el Evangelio a los demás. A los segundos, para invitarles a que vuelvan a una vida cristiana más intensa. Y a los últimos hemos salido a evangelizarles, buscándoles en la calle, y proponiendo actos culturales y exposiciones para atraerles por la vía de la cultura y del arte. Hicimos un llamamiento a crear discípulos misioneros, y se apuntaron 1.100 personas, y hasta ha habido enfermos que se han presentado voluntarios para ofrecer su enfermedad en favor de la misión.

¿Por qué se decidió la división de la diócesis de Madrid-Alcalá?
La diócesis de Madrid-Alcalá era realmente muy grande, y la zona sur de Madrid tenía poblaciones muy grandes que habían crecido mucho en poco tiempo. Don Ángel Suquía fue muy valiente al solicitar a la Santa Sede la división. Pastoralmente era necesario, porque la presencia de un obispo acerca mucho el ministerio apostólico a la gente y a las parroquias. En Getafe se abrió un nuevo seminario, se erigieron parroquias nuevas, ha sido un bien…

Un aniversario especial

El 23 de julio de 1991, Juan Pablo II decidió la desmembración de la diócesis de Madrid-Alcalá en las tres diócesis de Madrid, Getafe y Alcalá de Henares. 25 años después, el Cerro de los Ángeles acogerá la Eucaristía en acción de gracias, a las 21 horas, presidida por monseñor Osoro y concelebrada por los obispos de Getafe y de Alcalá de Henares, y por los obispos que en estos años han pastoreado alguna de las tres diócesis. En la misma celebración serán consagradas al Sagrado Corazón de Jesús y además Getafe clausurará su Gran Misión.

Monseñor Osoro ha pedido a todos los sacerdotes asistir con sus comunidades para «dar gracias a Dios porque la erección de nuestra Provincia Eclesiástica para el bien de todo el Pueblo de Dios, que en estos cinco lustros ha recibido tantos beneficios en cada una de las tres diócesis».

¿Qué destaca de estos 25 años?
La diócesis ha publicado un libro que se llama 25 años de misión. Yo destacaría sobre todo la JMJ de 2011, en la que participamos las tres diócesis; en Getafe, como subsede, acogimos a 50.000 jóvenes. También señalaría la muerte de don Francisco, el primer obispo de Getafe, que era muy querido y dio una impronta especial a esta diócesis. También están el Congreso de Apostolado Seglar y el Congreso de Nueva Evangelización, la creación del seminario diocesano y de numerosas parroquias, el nombramiento de los obispos auxiliares, la Misión Joven, y por supuesto la Gran Misión diocesana.

Don Francisco José Pérez y Fernández Golfín, primer obispo de Getafe, con los jóvenes. Foto: Diócesis de Getafe.

¿Se puede decir que la dimensión misionera está en el ADN de la diócesis de Getafe?
Yo creo que sí, incluso en el sentido estricto de la palabra, porque hasta hemos tenido que implantar la Iglesia en los nuevos barrios. Se han creado más de 30 parroquias en estos años, en los barrios nuevos sobre todo. Por ejemplo, Valdemoro no llegaba a los 20.000 habitantes en 1991, y ahora hay 70.000, eso hace falta cubrirlo con nuevas parroquias. Precisamente las parroquias han sido también un ámbito de integración social en los barrios, al promover actividades de todo tipo, con los niños, en la catequesis… Las dos primeras preocupaciones del primer obispo de Getafe, monseñor Francisco José Pérez y Fernández Golfín, eran crear nuevas parroquias y formar buenos sacerdotes. Creo que poco a poco lo hemos ido haciendo.

¿Qué queda por delante ahora?
Ahora… a continuar la misión. Tenemos por delante tres retos principales: la educación —en Getafe funcionan muy bien los centros de iniciativa social promovidos por laicos—, la familia —la orientación familiar de ayuda a familias y matrimonios en dificultades, la formación, las escuelas de padres, las ayudas a las madres en dificultades, los encuentros diocesanos de familias…— y la iniciación cristiana, sobre todo el catecumenado de adultos, porque cada año se bautizan doce o trece personas. Se ve que el Espíritu Santo está trabajando mucho en la diócesis.

XXV Años de misericordia

A comienzos del siglo IV derramaron su sangre en el Campo Laudable, a las afueras de la ciudad hispano-romana de Complutum, los santos niños Justo y Pastor. Sobre el lugar de su martirio ha crecido la ciudad que hoy conocemos como Alcalá de Henares. Diócesis desde el lejano siglo V, con el obispo Asturio, Alcalá perdió su sede en los años de la dominación musulmana, pasando con la Reconquista a formar parte del Arzobispado de Toledo. La historia reciente es bien conocida: en 1885 nace la diócesis de Madrid-Alcalá y en 1991 es reinstaurada la antigua diócesis complutense.

En la bula de erección el Papa san Juan Pablo II expresaba su intención de aproximar así los servicios diocesanos a los fieles y facilitar que el obispo pudiera atender con mayor cercanía a los sacerdotes, a los religiosos y a todos los fieles laicos. Podemos dar testimonio de que así ha sido: don Manuel Ureña Pastor, don Jesús Catalá Ibáñez y nuestro obispo actual, don Juan Antonio Reig Pla, han conseguido dotar a nuestra diócesis de las instituciones necesarias: la Curia administrativa y pastoral con sus delegaciones, la Oficina técnica para las obras, la Vicaría Judicial, los seminarios Mayor y Menor, el Instituto Diocesano de Teología Santo Tomás de Villanueva para la formación de los laicos, las Escuelas de Arte Cristiano, de Catequistas, de Liturgia y de Evangelización, el Aula Cultural Civitas Dei, el máster del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios del matrimonio y la familia, el Centro de Orientación Familiar, la Escuela de Padres y de Familias y los cursos de laicos encargados de la preparación al matrimonio, entre otros. En estos años se han creado nuevas parroquias, se han restaurado templos, han nacido nuevas hermandades y cofradías, se han levantado nuevos colegios y nos hemos enriquecido con nuevos carismas, religiosos y laicales. El último fruto ha sido la recién inaugurada Casa de Acogida San Juan Pablo II.

Como nos recordaba recientemente nuestro obispo, «nuestra diócesis es a la vez de origen martirial por los Santos Niños, eucarística por el signo providencial de las Santas Formas y con una impronta caritativa que nos inspira el sencillo y bondadoso san Diego de Alcalá. Por estas tres pistas continuamos avanzando poniéndolo todo a los pies de Jesús con espíritu de profunda adoración».

Juan Miguel Prim Goicoechea
Vicario Episcopal para la Evangelización y la Cultura
Diócesis de Alcalá de Henares