El poder de transformar la realidad - Alfa y Omega

Pilar tiene un tesoro. Tiene una mirada atenta que capta los sentimientos de los otros, sobre todo de los niños, tiene paciencia y tiempo para escuchar y unos brazos que abrazan con todo el amor del mundo… y se le encienden los ojos cuando un niño se alegra, soluciona un conflicto, aprende algo nuevo.

José ha desarrollado una gran capacidad de organización; sabe hacer que las cosas complejas se simplifiquen, que la gente que colabora se sienta segura con lo que tiene que hacer, que las tareas estén claras y lo que se necesita esté a mano. José tiene un tesoro.

Ana y Julián tienen una alegría contagiosa y les apasiona enseñar y compartir lo que saben.

Manuel tiene tiempo y disponibilidad; no le importa si hay que ensobrar cartas, colocar material, trasladar un paquete, hacer un recado; lo que haga falta, está bien.

Asun ha pasado mucho en la vida y ha salido adelante; ha aprendido que las personas tenemos recursos para levantarnos y reconstruirnos, siempre que alguien confíe en nosotros, que alguien nos quiera, nos respalde.

Asun, José, Manuel, Ana, Julián, Pilar tienen…son un tesoro –a veces, ni se dan cuenta, pero son un tesoro–.

Todos viven en esta ciudad, en este tiempo, con la pobreza y el sufrimiento de tanta gente llegándoles a los ojos por la calle, en sus conocidos, por la televisión…, con el mensaje machacón de que hay poco que se pueda hacer en esta crisis que parece una catástrofe meteorológica inevitable.

Ellos desean, como tantos de nosotros, otro modo de vivir, un lugar donde la paz, la vida digna, la justicia, la alegría sean realidades tangibles para todos. Seguramente ese deseo les ha hecho descubrir que tienen poder; no el poder de mandar sobre otros, no. Tienen un poder mucho más decisivo, mucho más eficaz: el de dejar de lado la indiferencia, el de decidir hacer algo, el de poner su tesoro a disposición de otras personas . Hay muchas formas. Ellos han elegido ponerse al servicio de los que más necesitan y hacerlo junto a otros, de manera organizada y gratuita. Han decidido ejercer su poder de construir y cooperar para transformar la realidad. Han decidido ser voluntarios y están construyendo espacios de esperanza. Y la frágil esperanza, de la mano del amor y la fe, como la presentaba Charles Péguy, es tremendamente transformadora y resistente.

¿Tal vez tú querrías también ejercer tu poder y compartir, de esta forma, tu tesoro?

Cáritas Madrid