El retorno de los dublines - Alfa y Omega

El retorno de los dublines

Cristina Sánchez Aguilar
Un grupo de sirios llega a la madrileña estación de autobuses Méndez Álvaro. Foto: Red Solidaria de Acogida

Mohannad tiene 29 años. Es palestino nacido en Siria. Ingeniero y músico. Entró a España por la frontera de Melilla hace un año, y llegó hasta Suecia para reagruparse con su familia. Pero hace seis retornó a nuestro país por la aplicación del Convención de Dublín. «Este convenio establece que el primer país por el que se entra a la Unión Europea es el que tiene que tramitar la solicitud de asilo del demandante», explica Paloma Favieres, abogada de CEAR. Por la aplicación de Dublín, países como Grecia o Italia están completamente desbordados, y por eso «la Unión Europea ha tenido que llegar a un acuerdo de reubicación». «El primer texto se formuló en 1993, y dadas las actuales circunstancias, hay en revisión un nuevo texto», añade la abogada. De momento, no hay cifras oficiales de retornados a España por el Convención de Dublín, pero Hannan, miembro de la Red Solidaria de Acogida, recibe «unas 20 llamadas al mes de gente que ya pasó por Madrid en su viaje de ida y me vuelven a llamar para contarme que tienen que regresar». Según Hannan, los últimos dublines proceden de Alemania, pero nunca son familias. «Muchos llegan a Barajas, pero otros vuelven en autobús a Méndez Álvaro. Sobre todo son sirios, hombres, y sin cargas familiares», explica. De nuevo en España, reanudan los trámites de su solicitud de asilo y continúan el proceso. «Están agotados, piensan que han perdido un tiempo muy valioso. España no era su país elegido y están preocupados por las condiciones que van a recibir aquí. Algunos quieren volver a Líbano o Turquía con sus familias, porque prefieren estar arropados que seguir deambulando por Europa». No es el caso de Mohannad, que participó ayer en la presentación de la campaña #Yosoytierradeacogida, promovida por el conjunto de las obras sociales jesuitas en España. El joven lleva seis meses en España desde que fue devuelto, pero vive «en un piso de alquiler en Sevilla, y CEAR me ayuda a pagarlo. Estoy muy agradecido porque el rector de la Universidad de Sevilla me está ayudando a conseguir una beca para un Máster de Aeronáutica el curso que viene».