Movimientos y jerarquía son coesenciales - Alfa y Omega

Movimientos y jerarquía son coesenciales

María Martínez López
Francisco, ante un grupo de Focolares, durante su comienzo de pontificado. Foto: CNS

Los movimientos y nuevas realidades eclesiales son «dones de importancia irrenunciable» para la Iglesia que deben ser promovidos por los obispos. Pero esto no autoriza a estas nuevas entidades a «substraerse de la obediencia a la jerarquía» ni les da «derecho a un ministerio autónomo» o a vivir «paralelamente» al resto de la Iglesia. Así lo decreta la carta Iuvenescit Ecclesia (La Iglesia rejuvenece), que el martes hizo pública la Congregación para la Doctrina de la Fe y que está dirigida a los obispos de todo el mundo.

El documento busca cultivar «una participación fecunda y ordenada» de los movimientos en la vida de la Iglesia. Esta cuestión ha preocupado mucho a los últimos Papas, debido tanto a la multiplicación de nuevas realidades como a la necesidad de ubicarlas en la estructura de la Iglesia y de ayudarlas a alcanzar la «madurez eclesial». Citando tanto a san Juan Pablo II como a Benedicto XVI, la carta recuerda que lejos de existir una contraposición entre jerarquía y nuevas realidades, ambas «son igualmente esenciales» para la Iglesia y «concurren juntas para hacer presente el misterio y la obra salvífica de Cristo».

El documento, presentado por los cardenales Gerhard Müller y Marc Ouellet, prefectos respectivamente de las congregaciones para la Doctrina de la Fe y para los Obispos, es fruto de un largo proceso de estudio que comenzó en el año 2000. Recoge algunos criterios para ayudar a discernir los carismas, como que estén comprometidos con la dimensión misionera y social de la Iglesia, que vivan una comunión activa con toda la Iglesia, y que acepten con humildad los momentos de prueba.