Parecidos razonables - Alfa y Omega

Parecidos razonables

A la espera de si, tras los Sínodos de la Familia, habrá un pronunciamiento del Papa comparable a lo que en su día fue la Humanae vitae de Pablo VI, hay ya numerosas coincidencias entre ambos Pontífices, como la concepción de la Iglesia y su vocación misionera. Así lo señala el diario Avvenire en el artículo La Iglesia que inspira el camino de Bergoglio

Avvenire

Ecclesiam Suam. La Iglesia es Suya. Lo más elemental que hay que reconocer es propiamente esto: que la Iglesia es un acto de gracia, que es un don de Dios y no una creación del hombre, que la Iglesia no es de nuestra propiedad, sino de Jesucristo. Ecclesiam Suam, la encíclica programática de Pablo VI, contiene la visión eclesiológica del Papa Montini. En ella se concentraron todas las intuiciones que tenía en el corazón, sobre las que llevaba años reflexionando, en especial tres de ellas. La primera era la necesidad de la Iglesia de profundizar en la conciencia de sí misma. La segunda era corregir los defectos de los miembros de la Iglesia a la luz del modelo que Cristo dejó de sí mismo; Pablo VI se dirigía a los obispos para que encontraran el valor de llevar a cabo las reformas necesarias, y también para encontrar en ellos el apoyo necesario en esta delicada y difícil empresa. La tercera intuición comprendía la relación de la Iglesia con el mundo; Ecclesiam Suam es una descripción de la Iglesia en aquel momento, que se abre al diálogo no sólo con los no católicos, sino con toda la Humanidad.

La sensibilidad y las intuiciones de Montini contenidas en esta encíclica se pueden encontrar también en Evangelii gaudium, del Papa Francisco, que como documento programático, igual que aquel de Pablo VI, quiere «indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años». Es un «memorable texto que no ha perdido su fuerza interpelante», dice el Papa Francisco sobre Ecclesiam Suam, algunos de cuyos pasajes cita literalmente. «Pablo VI invitó a ampliar la llamada a la renovación, para expresar con fuerza que no se dirige sólo a los individuos aislados, sino a la Iglesia entera», escribe Bergoglio, exactamente en el pasaje en el que llama a una conversión eclesial como apertura a una «permanente reforma de sí por fidelidad a Jesucristo».

La Iglesia no es una estrategia

Pero Ecclesiam Suam se ve acompañada de otros textos del Pontífice italiano citados en la Exhortación del Papa Bergoglio. Son veintiuna en total las referencias explícitas a Pablo VI. En la Introducción, cita la Exhortación Gaudete in Domino, y justo después la Evangelii nuntiandi; precisamente de la fusión de ambas nace el título para Evangelli gaudium. Son documentos muy estimados por Bergoglio en su etapa argentina, a los cuales se une la Populorum progressio.

Éstos son los puntos cardinales que iluminan la mirada del Papa Francisco sobre la Iglesia y su misión en el mundo. En la citadísima Evangelii nuntiandi -texto de referencia del documento de Aparecida, de 2007-, se descartaban los esquemas que quieren transformar la obra apostólica en una estrategia funcional, sin aceptar depender del don de la gracia. Hoy, en una sugestiva consonancia, el Papa Francisco deplora a quienes «fabrican impedimentos burocráticos para que la gente no pueda llegar a la gracia». Y repite Bergoglio: «Quien lleva a cabo la evangelización es Dios».

Como cristianos de la Ecclesiam Suam, hoy como ayer, anunciamos algo que no hemos construido nosotros, algo que hemos recibido como herencia y que buscamos compartir con todos.

Stefania Falasca / Avvenire