Lluc Torcal: «La manipulación genética toca la dignidad humana» - Alfa y Omega

Lluc Torcal: «La manipulación genética toca la dignidad humana»

Físico de formación, practica el ora et labora: da charlas sobre mejora humana, está en Facebook y ha convertido su monasterio en ecosostenible

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Con la cabeza en el cielo y los pies en la tierra, Lluc Torcal (Sant Cugat del Vallés, 1971) ha sido desde 2007 prior del monasterio de Poblet. Durante su formación en Roma se interesó por el cambio climático y quiso mejorar la eficiencia energética del monasterio. Grifos ecológicos que ahorran jabón y un 95 % de agua, calefacción sostenible o alumbrado inteligente convirtieron su monasterio en lugar de «peregrinación ecológica». Esta labor fue decisiva en su elección como procurador general del Císter, cargo en el que organiza cuestiones del día a día del centenar de monasterios de la Orden. Hace unas semanas habló sobre «Integración cognitiva, mejoramiento humano y transhumanismo» en la Fundación Tatiana Pérez.

Es físico y filósofo además de teólogo. ¿Cómo se llevan ciencia y fe?
Si uno se abre a la búsqueda de la verdad no hay contradicciones, solo perspectivas diferentes. El lenguaje de las matemáticas es un camino para comprender cómo Dios ha creado este mundo. No hay separación entre lo que Dios revela con Jesucristo y la teología y lo que revela con la Creación. El científico no tiene por qué creer esto, pero si está abierto cuando hace ciencia e intenta comprender el universo, de alguna forma comprende este mensaje.

¿Qué piensa del creacionismo?
Es una teoría totalmente ciega. No se sostiene con datos científicos. Significa no entender la ciencia ni la teología. Los que leen la Biblia literalmente no han entendido la palabra de Dios. El Génesis explica el sentido y bondad de la Creación, salida de las manos de Dios. No es un tratado de cosmología.

Es el impulsor del Instituto del Conocimiento Integrado de Poblet…
Se creó para trabajar temas colindantes entre ciencia, filosofía y teología. Ayuda a eliminar tabúes y ofrecer visiones integradoras. La evolución es uno de los temas más estudiados, junto con el origen del lenguaje, la mecánica cuántica, la neurociencia y el mejoramiento humano transhumanista.

¿La propuesta transhumanista recuerda al fruto prohibido del Paraíso?
Sí. La manipulación genética toca el núcleo de lo humano, su dignidad e identidad, de manera muy reductiva. El anhelo de mejorar es bueno, pero de forma integral, manteniéndonos humanos. Si nos quedamos en la superinteligencia o vivir más, reducimos al hombre.

Ser más longevos no es malo…
Se puede alargar la vida de forma no contraria a la dignidad, con la medicina regenerativa o controlando el envejecimiento. Yo evitaría la pretensión de ser inmortales en la Tierra, porque puede ser un poco aburrido. ¿Vamos a alargar la vida para tener más jubilados haciendo turismo con el Imserso durante más años? No es muy enriquecedor.

Es su recompensa en esta vida.
Cierto, pero prolongar la vida sólo como operación comercial sin valorar la sabiduría acumulada carece de sentido.

Si llegáramos a ser inmortales, ¿dónde quedaría la vida eterna?
Si uno no muriera no habría resurrección. Aquí la premisa de partida es falsa, porque no vamos a ser inmortales. En todo caso, el tipo de inmortalidad que plantea el transhumanismo es casi cibernética. Y la conciencia, que está en el corazón de la identidad humana, pasaría a ser una especie de supercomputadora. Esto es ciencia-ficción y destruye al hombre, que ya no será humano. La teología promete la inmortalidad a hombres de carne y hueso. Esa inmortalidad se mantiene viva por la fe.

¿El alma tiene explicación científica?
La ciencia nunca podrá medir lo espiritual. Pero sí entender los efectos del alma en nuestra vida. La teología dice que el alma existe y algunos efectos de esta presencia nos distinguen de otros seres vivos, como la capacidad de interpretar. A diferencia del mundo inorgánico, controlamos la información que nos llega. El mundo inorgánico sólo procesa datos y reacciona a ellos. Los sistemas pasan del mundo inorgánico al vivo porque controlan la información y cambian el ambiente que los rodea.

¿Y dónde queda Dios en todo eso?
Nadie sabe en qué momento un sistema inorgánico se convirtió en vivo, y mucho menos en qué momento se produjo la humanización. Hay quien cree que es por acumulación de funciones fisicoquímicas y biológicas y cada salto es consecuencia del anterior. Esto es difícil de justificar incluso científicamente. Ante esos momentos singulares difícilmente justificables, la respuesta creyente es que aquí hay una intervención directa de Dios para dar ese salto cualitativo de lo inorgánico a lo orgánico y de lo orgánico a lo humano.

«La oración engrasa el pensamiento»

¿Hace falta un razonamiento muy abstracto en física cuántica?
Hace falta pasión por el conocimiento y escudriñar los misterios del mundo con respeto y una mente muy abierta, sin encerrarse en formas antiguas de hacer ciencia.

¿Unos siglos atrás podría haber sido físico y monje?
Otros lo han hecho. Por ejemplo Laimatre, un sacerdote de finales del XIX, que predijo la expansión del universo.

¿La oración engrasa la maquinaria del pensamiento?
Engrasa los músculos mentales para que la mirada sea más profunda. La metafísica, que es la antesala de la contemplación religiosa, es una mirada que va más allá de lo físico para comprender que detrás de todo hay un misterio. Y a eso lo llamamos Dios.

Pilar Quijada / ABC