La devoción de un pueblo - Alfa y Omega

La devoción de un pueblo

El pasado domingo Getafe festejó solemnemente a Nuestra Señora de los Ángeles, comenzando así sus fiestas patronales. Presidió la Eucaristía en la catedral de la Magdalena el arzobispo de Madrid, monseñor Rouco, junto con el obispo de Getafe, monseñor Pérez y Fernández Golfín. La imagen de la Virgen, tras el canto de la Salve por las carmelitas del Cerro, fue trasladada en procesión hasta Getafe, recorriendo sus calles entre el fervor de la multitud de fieles que la acompañaban. Pero, ¿de dónde proviene esta advocación «Virgen de los Ángeles»? He aquí una breve historia

Jesús Bastante Liébana

Cuenta la leyenda que unos pastores que solían pasar con sus ganados por la cañada de san Marcos, se guarecieron en el Cerro de los Ángeles durante una noche de tormenta. Al caer un rayo junto a los restos de una ermita que allí existía, vieron cómo, una vez se apagaba el ruido del trueno, la luz no se desvanecía. Al principio creyeron que el resplandor provenía de un incendio; y al acercarse, vieron que se trataba de la imagen de una Virgen de pequeño tamaño.

Como los pastores debían continuar su camino, entregaron la efigie a unos zagales, que se la llevaron a Pinto. Cuando fueron a contar la historia al cura de la localidad, comprobaron con asombro que la imagen había desaparecido. Estos mismos chicos, a los pocos días, estaban jugando a los pies de la ermita del Cerro, cuando encontraron de nuevo a la Virgen. La bajaron a Getafe, a uno de los altares de la iglesia. Pero, una vez más, la efigie volvió a desaparecer. El cura llegó a pensar que la Virgen quería instalarse en el Cerro y allí la encontraron. Entonces, los getafenses optaron por reconstruir la ermita y colocaron, con gran devoción, la aparecida imagen de Nuestra Señora a la que, desde entonces, se conoce como la Virgen de los Ángeles, Patrona de Getafe.

Esta devoción se remonta a tiempos inmemoriales, pero fue a partir de 1610, año en el que se ordenó la talla de una nueva imagen por deterioro de la primitiva, cuando comenzaron las peregrinaciones y romerías al Cerro de los Ángeles.

Nuestra Señora de los Ángeles es considerada por los habitantes de la comarca como su imagen protectora.

Al cabo de los siglos, el homenaje que el pueblo ofrecía a la Virgen llegó a calar muy hondo en los vecinos de Getafe. Uno de los ejemplos más recordados es el de la peregrinación que, en 1910, reunió a más de 30.000 fieles al pie del Cerro de los Ángeles. El 8 de diciembre de 1955, festividad de la Inmaculada Concepción, el doctor Eijo Garay, obispo de Madrid-Alcalá, decretó el Patronazgo proclamando «a la Santísima Virgen María Madre de Dios bajo la gloriosa advocación de Reina de los Ángeles, Patrona de Getafe».

Mucho tiempo ha pasado desde que los pastores encontraron la vieja efigie de una Virgen en el Cerro de los Ángeles, pero lo que no deja de tener vigencia -y se demuestra año tras año- es la devoción del pueblo de Getafe hacia su Patrona, Nuestra Señora de los Ángeles. Y por muchos años.

El Hermano Mayor Presidente de la Congregación de Nuestra Señora de los Ángeles, don Manuel Galeote, afirma para Alfa y Omega: «Tradiciones como ésta expresan la fe viva de un pueblo ligado a la figura de la Virgen, baluarte de la fe cristiana, que afortunadamente ha superado con éxito el golpe de la secularización y que conservan su esencial dimensión religiosa defendiéndola del secularismo que quisiera hacer de todo mero folclore. Ser hijos de María es ser hijos de la Iglesia; no podemos amar a María e ignorar a Cristo, error en el que se cae con facilidad, y que debe hacernos reflexionar para dar a nuestras tradiciones un verdadero sentido cristiano».