Entre la crisis de valores y el populismo amnésico - Alfa y Omega

Entre la crisis de valores y el populismo amnésico

Grupo Polis

Durante los pasados 1, 2 y 3 de julio, en la Casa de Ejercicios El Buen Pastor de Toledo, se celebró el II Curso de Verano sobre Doctrina Social de la Iglesia organizado por la Delegación de Apostolado Seglar a través del Grupo Polis, este año con el sugerente título de Renovar la política.

El curso fue inaugurado por don Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Toledo, quien animó a los participantes a reflexionar sobre el candente tema de la renovación de la vida política a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, porque, según sus propias palabras «la vida de la polis no puede quedar al margen de la luz de Cristo, porque es una dimensión fundamental de la vida humana».

El primer ponente de estas jornadas fue don Agustín Domingo Moratalla, Catedrático de Filosofía Moral y Política y Director de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo en Valencia, que habló del concepto del Bien Común, recientemente rescatado para el pensamiento político contemporáneo, gracias en parte al «efecto Francisco», pero con el riesgo de desvirtuarse respecto al concepto original desarrollado desde la doctrina social de la Iglesia. Don Agustín realizó un certero diagnóstico de la situación actual desde un punto de vista cultural, resaltando la crisis de valores en torno a la Verdad, eclipsados por el deslumbramiento de las posibilidades técnicas y la ambición económica; analizó la situación también desde el punto de vista político, resaltando el nuevo populismo amnésico de clave televisiva y frívolamente cultivado, que está utilizando España como un campo de pruebas de la experimentación política; y también diagnosticó la situación social, caracterizada por la polarización, el enfrentamiento y la pérdida de vínculos, debido al deterioro de la educación y la familia, que produce el avance implacable del individualismo.

A partir de su análisis, el profesor Moratalla propuso varios criterios para la acción, destacando la recuperación del humanismo cívico, como recuperador de vínculos, y la necesidad de desarrollarlo hacia el humanismo cristiano, que aporta una perspectiva escatológica y salvífica. Entender el bien común como el bien de todos y cada uno es el camino de la justicia social y la manera de reconducir la economía y el estado a su auténtico papel instrumental y subsidiario.

Por último, don Agustín invitó a todos a profundizar y difundir la doctrina social de la Iglesia, que nos aporta claves para poder descubrir, clarificar, discernir y actuar, porque no es un libro de recetas sino un proceso de formación para el cristiano en el mundo. Pidió el compromiso de las autoridades eclesiales en este empeño formativo y el compromiso de los seglares para llevarlo a cabo con entusiasmo.

La segunda ponente, doña Ana Sánchez-Sierra, politóloga, profesora de Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad San Pablo CEU, expuso un análisis de los principales programas electorales presentados en las últimas elecciones, apuntando con claros detalles el manifiesto abandono del principio de subsidiariedad en sus propuestas políticas, así como el contagio de actitudes marcadamente populistas. La profesora Sánchez-Sierra también expuso los últimos análisis sociológicos sobre la orientación del voto y las creencias religiosas, observando la presencia de cristianos que se reconocen como tales en prácticamente todas las fuerzas políticas, aunque la concentración de los cristianos es sensiblemente mayor en los partidos de derechas.

Uno de los puntos de mayor expectación del curso fue la mesa redonda de la tarde del sábado, dirigida por don Julio Comendador, que reunió a políticos y cargos electos de la provincia de Toledo de varios partidos para que hablaran de su testimonio y sus motivaciones para estar en política, de su visión de la política como lugar de diálogo para buscar encuentros y también de su experiencia en la relación entre la fe cristiana y las convicciones políticas. Fue un debate animado, con sus momentos de intensidad, que demostró que las diferencias políticas no deben ser un obstáculo para el diálogo personal y sincero.

La noche del sábado la ocupó una interesantísima visita al Archivo y Biblioteca Catedralicios, dirigida por don Ángel Fernández Collado, obispo auxiliar de Toledo, que mostró a los participantes al curso los tesoros bibliográficos que se custodian en la Catedral Primada. Una visita llena de encanto e interés.

El tercer ponente del curso fue don Josep Miró i Ardevol, miembro del Consejo Pontificio de Laicos, que también aportó su dilatada experiencia como político, ahora retirado de esa actividad. Don Josep señaló la búsqueda del bien común y la actitud de servicio como los pilares de toda actividad política para un cristiano, que para alcanzar estos objetivos debe cultivar la virtud. La renovación de la política vendrá de la virtud de los políticos, por lo tanto, nuestra primera prioridad debe ser fomentar la virtud.

La búsqueda del bien común, para don Josep Miró, exige que los cristianos manifestemos un claro compromiso con la promoción y defensa de los Derechos Humanos, promovamos un cambio en el orden económico, que tenga en cuenta al otro, un sistema de bienestar responsable, con derechos y deberes, un política integral de la familia, defensa del bien y la justicia, de la creación, la vida, la familia formada desde el amor de un hombre y una mujer, la promoción del diálogo, la búsqueda de la paz, la libertad y la dignidad de todo ser humano.

Sin embargo, con la situación actual de los partidos políticos en España, don Josep juzgó más interesante, en estos momentos, actuar desde fuera de la política, promoviendo un Impulso Cristiano, con acciones concretas y localizadas, que unan a los cristianos y les den la oportunidad de mostrar la propuesta cristiana: impulso evangelizador, primero de los bautizados, impulso cultural, con presencia en internet, impulso familiar, atendiendo a los que el sistema abandona, impulso europeo, recuperando el espíritu de los fundadores… Gobernar desde abajo, con instrumentos de participación que hay que identificar, coordinar y promover.

Otro hecho destacado fue la compañía de nuestros pastores y la gozosa celebración de la Santa Misa, celebrada el viernes por don Braulio Rodríguez, el sábado por don Ángel Fernández y el domingo por don Emilio Palomo, Vicario de la Mancha y Delegado del Área de Apostolado Seglar.

En resumen, este Curso de Verano ha estado lleno de propuestas apasionantes, se han podido compartir preocupaciones y esperanzas, contrastar opiniones e identificar los retos que nos interpelan en estos momentos apasionantes, pero, sobre todo, ha sido ocasión para descubrir el impulso del Espíritu que nos va mostrando el camino de cada día.