Lombardi, un «instrumento» de comunicación al servicio del Papa y la Iglesia - Alfa y Omega

Lombardi, un «instrumento» de comunicación al servicio del Papa y la Iglesia

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El padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede desde hace diez años, deja su cargo después de una larga experiencia en comunicación. El jesuita también ha desempeñado durante 10 años el cargo de director general de Radio Vaticano, durante 15 años ha ejercido como director de Programas de la emisora pontificia y ha sido el Centro Televisivo Vaticano durante otros 12 años.

Concluye de este modo una etapa importante en la vida de la comunicación de la Iglesia, llevada a cabo con coraje, perseverancia, paciencia y tanta humildad por este padre jesuita originario de Saluzzo, localidad de la provincia italiana de Cuneo, que con su marcada cadencia piamontesa y precisión léxica, fue un «instrumento» de comunicación de Dios al servicio del Papa y de la Santa Sede.

El día después del anuncio de su renuncia como director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Radio Vaticano habló una vez más con quien fuera su guía por tantos años.

Ante los micrófonos de la Radio del Papa, el padre Lombardi hizo un balance de su trabajo en esta Oficina, definiéndolo sencillamente como «un servicio muy profundo, muy interesante, muy exigente. Es ayudar al Papa en su ministerio, con una función muy sencilla de publicación de sus textos, de difusión de la información sobre sus actos, de respuesta a preguntas sobre lo que no es completamente claro, sobre acontecimientos o palabras del Papa y de sus colaboradores. Porque el trabajo de la Oficina de Prensa –precisó– no es solamente en relación con el Papa, que es lo más importante de todo, sino que es en relación con todas las instituciones de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano».

En este sentido el jesuita aseguró que se trata de «una tarea que tiene muchos aspectos diferentes y muchos argumentos que tenemos que ver y sobre los cuales tenemos que intervenir. Es una manera de participar en la vida de la Iglesia muy intensa y naturalmente en estos diez años, fueron muchos los eventos: los viajes del Papa, los Sínodos, la renuncia del Papa Benedicto y la elección de un nuevo Papa, los primeros años de un Pontificado increíblemente dinámico, como el del Papa Francisco».

«Y todo esto es, cada día, un trabajo sencillo y concreto de información, de respuesta a preguntas, de atención para entender bien lo que el Papa dice y lo que el Papa hace. En este sentido es una participación muy profunda en la vida de la Iglesia, en la vida del servicio del Papa para la Iglesia, como servicio de unión, como servicio de orientación y de magisterio, con una gran atención a las Iglesias locales, a las Iglesias del mundo, a la relación del Papa y de la Santa Sede con los diferentes países. Es un horizonte verdaderamente ancho como el mundo».

En relación a su experiencia como jesuita al servicio de un Papa jesuita el padre Lombardi afirmó: «Esto es un aspecto particular. Puedo simplemente decir que los jesuitas son muy diferentes entre sí, pero tienen una espiritualidad común, un origen común de su actitud de servicio a la Iglesia, de amor personal por Cristo. Y por ello para mí fue una experiencia de sintonía profunda con muchos aspectos de las actitudes del Papa Francisco, porque yo podía entender más fácilmente el espíritu de sus homilías en Santa Marta, su deseo de un estilo de vida sencillo y muy cercano a la gente, el deseo de un lenguaje concreto y cotidiano. Para mí fue una maravillosa experiencia de proximidad con el espíritu del Pontificado en algunos de sus aspectos muy característicos: la idea de la Iglesia que está en camino, de la Iglesia sinodal. Caminamos juntos, cada día salimos a buscar la voluntad del Papa y la guía del Espíritu Santo para ver los nuevos pasos que tenemos que dar y el sentido de la presencia de Dios en el mundo, del Espíritu de Dios en el mundo exterior a los confines visibles de la Iglesia, porque el Espíritu de Dios trabaja siempre y en todos los diferentes lugares del mundo y nosotros tenemos que verlo y reconocerlo y discernir lo que nos pide. Éste es un aspecto de espiritualidad y de actitudes que fueron para mí muy cercanos, muy naturales, que me ayudaron a entender lo que el Papa dice, lo que el Papa hace, el modo en el cual él es la guía de la Iglesia en el mundo hoy».

«Para mí ha sido una experiencia privilegiada el ser colaborador de personas maravillosas como son estos Papas para los cuales trabajé: con Juan Pablo II, antes, cuando fui director de la Radio Vaticana, y después, Benedicto y Francisco, como director de la Radio y de la Oficina de Prensa -aseguró el padre Lombardi. Yo tengo verdaderamente una gran admiración, no simplemente humana sino espiritual, de la fe, del espíritu con el cual estos pastores sirvieron y sirven a Dios por el bien de la Iglesia y de la humanidad. Y participar humildemente en este servicio, ayudar de alguna manera en este servicio fue para mí, una gran alegría y un gran privilegio».

Saludando a la audiencia de América Latina, el director saliente de la Oficina de Prensa de la Santa Sede expresó: «Yo pienso que es una gran audiencia aquella de Radio Vaticano en América Latina y para nosotros ahora, en estos últimos años, el hecho de tener un Papa de Latinoamérica es un aliento muy grande y es un servicio muy grande difundir su palabra concreta, su palabra viva y su magisterio, su gran servicio a la audiencia de Latinoamérica».

«Y tengo que agradecer a Latinoamérica por el don de este Papa porque con este Papa nosotros en la Iglesia universal hemos recibido una contribución nueva, una perspectiva característica de espiritualidad, de experiencia pastoral, de actitud ante los problemas del mundo de hoy, que es verdaderamente una contribución para todos nosotros. En este sentido todos somos un poco más “latinoamericanos” que antes con el Papa Francisco en cuanto a comunión y cercanía con todos los fieles y radioescuchas de Latinoamérica. Es muy profundo».

Finalmente, la consideración del padre Lombardi sobre el nuevo equipo directivo de la Oficina de Prensa vaticana, conformado por dos periodistas: el norteamericano Greg Burke y la española, Paloma García Ovejero:

«Es muy bueno que esté una mujer de lengua española en la dirección de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Así será más fácil la comunicación con todo el mundo de habla hispana porque en la vida central de la Oficina de Prensa está directamente esta sensibilidad y esta cultura».

María Cecilia Mutual / RV