El Niño visita a los niños - Alfa y Omega

El Niño visita a los niños

Apenas a 100 metros del lugar donde nació Jesús, se levanta el Hospital de la Sagrada Familia, que asiste a miles de madres y niños de la región, muchos de ellos procedentes de campos de refugiados

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Imagen de los servicios del Hospital de la Sagrada Familia

En medio de un paraje desértico, un vehículo blanco levanta el polvo y se adentra por un camino que, habitualmente, sólo recorre el ganado de la zona. Es una unidad pediátrica móvil, que pertenece al Hospital de la Sagrada Familia, en Belén, y lleva en su interior la ayuda médica necesaria para atender las necesidades de las embarazadas y neonatos de la región en la que nació Jesús.

Imagen de los servicios del Hospital de la Sagrada Familia.

El pediatra Amjad Awwad es uno de los responsables de la unidad pediátrica móvil, que comenzó a ofrecer sus servicios en febrero de este año, y que, desde esa fecha, ya ha examinado a alrededor de 600 niños de hasta 18 meses de edad: «La mayoría de ellos nació en el Hospital, pero con la unidad podemos visitarlos a ellos y a sus madres para asegurarnos de que no haya ninguna complicación. Si nosotros no fuéramos a verlas, estas familias no podrían venir al Hospital, porque está muy lejos para ellos», señala. Pero el trabajo de la unidad móvil no empieza con el parto. En realidad, «hacemos el seguimiento de las madres desde el comienzo de su embarazo. Seguimos el crecimiento del feto y sus condiciones desde el principio, igual que si estuvieran en el Hospital», afirma el ginecólogo Luis Jaar. Los servicios de la unidad incluyen: cuidados prenatales y parto, cuidados postnatales ambulatorios, atención ginecológica, educación al parto, servicios sociales para familias y un programa externo de asistencia social diaria.

«En lugar de ir al Hospital, es el Hospital el que viene a nosotros; y, si hay algún problema, nos piden ir al Hospital. Es muy bueno para nosotras», señala dentro del vehículo una de las madres, que cubre su rostro con el velo. Porque el Hospital de la Sagrada Familia, en Belén, no hace distinción de religión a la hora de atender a las mujeres. Para muchas de ellas, acudir al Hospital durante el embarazo supondría un mínimo de dos horas en transporte público, lo que pondría en peligro la salud de sus bebés y el feliz término de sus embarazos.

Un lugar seguro para venir al mundo

El Hospital de la Sagrada Familia comenzó su andadura en 1882, cuando las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl compraron un solar en Belén, y levantaron un hospital de 80 camas. Poco a poco, creció hasta convertirse en un gran hospital clínico que atendió a la población de Belén durante casi 100 años. Sin embargo, el Hospital se cerró en 1985, debido a las dificultades políticas originadas por el conflicto palestino-israelí.

La Unidad pediátrica móvil del Hospital de la Sagrada Familia.

Pero, ese mismo año, la Orden de Malta decidió reabrir el servicio de maternidad, con 28 camas, y hoy proporciona asistencia médica maternal para la maternidad a todas las mujeres, sin distinción de raza, religión, cultura o condición social, hasta el punto de atender, desde febrero de 1990, más de 54.000 partos.

El 25 % de las mujeres que atiende el Hospital procede de campos de refugiados, y son muchas las mujeres de las tribus beduinas a las que debe atender la unidad móvil. Para la mayoría de embarazadas de la región, ésta es la única posibilidad de dar a luz a sus hijos en buenas condiciones médicas. Los costes de la explotación del Hospital están a cargo de la Orden de Malta. A las pacientes se les pide que paguen únicamente lo que puedan; pero, para quienes no pueden pagar, los costes se reducen o se anulan.

«Es maravilloso el trabajo que el Señor Jesús está haciendo con nosotros», dicen en el Hospital de la Sagrada Familia, en Belén. A escasos 100 metros de donde nació Jesús, hoy Él cuida de niños y madres y les ofrece, a través de la Iglesia, un lugar seguro para venir al mundo.