Quien educa a una mujer educa a un pueblo - Alfa y Omega

Quien educa a una mujer educa a un pueblo

Colaborador

En marzo de 2016 viajamos a la diócesis de Rourkela, en Odisha (India), para visitar los proyectos que Manos Unidas apoya en esta región. Nuestra visita coincidió con la celebración del Día Internacional de la Mujer y aprovechamos la ocasión para celebrar tan especial fecha con uno de nuestros socios más comprometidos con la lucha por el desarrollo de la mujer.

Samagra Vikas es la organización para el trabajo social de la congregación de las Esclavas de María Inmaculada. La institución desarrolla su labor en el distrito de Sundargarth, al norte del estado de Odisha. Se trata de una región donde la mayor parte de la población es tribal y vive en pequeñas aldeas diseminadas, aisladas y con pésimas comunicaciones.

Manos Unidas lleva dos años apoyando a esta Organización a través del Programa de desarrollo para Mujeres Aborígenes que trabaja en las aldeas más recónditas del Sundagarh para mejorar la vida de las familias tribales a través del empoderamiento de las mujeres, para que estas sean verdaderas agentes de cambio.

Samagra Vikas trabaja a través de la formación con los SHG (Self Help Groups) o grupos de autoayuda, compuestos de 12 a 16 mujeres para poder conseguir objetivos, que de forma individual sería muy difícil. Fomentan el hábito del ahorro y, con pequeñas aportaciones mensuales de sus miembros, crean fondos que van rotando entre ellas. Con estos pequeños préstamos cubren, al principio, necesidades urgentes y, a la larga, consiguen iniciar actividades generadoras de ingresos.

Estos sistemas de ahorro y crédito son de enorme importancia para ellas ya que carecen de acceso al crédito oficial por falta de avales y garantías, y las liberan de prestamistas usureros que les hacen endeudarse de por vida.

Mujeres orgullosas de poder mantener a sus familias

El Día Internacional de la Mujer cobra especial importancia para la Organización y las mujeres que participan en el programa. Samagra Vikas organizó una gran fiesta en su sede a la que acudieron más de 1.000 mujeres de todas las aldeas para reivindicar su importante papel en la sociedad. Los distintos SHG aprovecharon la ocasión para montar puestos para mostrar las distintas actividades generadoras de ingresos que han emprendido gracias al empuje del proyecto.

Nos llamó especialmente la atención un grupo que se dedica a realizar jabón de forma artesanal y venderlo en los mercados locales. La mayoría de las componentes de este grupo son analfabetas, nunca han acudido a la escuela, todas tienen varios niños y se han casado antes de los 16 años. Viven en pequeñas casas de adobe y cada día se ocupan de ir por agua, cocinar, limpiar, ir al bosque en busca de frutos silvestres y leña, y trabajar ocasionalmente en alguna plantación de arroz por un jornal mínimo.

La animadora, que lleva trabajando con este grupo desde el comienzo del proyecto, nos contaba cómo al principio tenía que ir casa por casa para conseguir reunir a las mujeres. Poco a poco fueron venciendo sus reparos y tomando gusto a las reuniones quincenales durante las cuales se les iba dando formación en temáticas como salud, derechos, contabilidad doméstica y nutrición, a la vez que se les animaba a empezar a ahorrar dentro del grupo. El grupo comenzó a ahorrar gracias a pequeñas aportaciones mensuales que realizaban todas sus mujeres y, después de conocer en un curso a otro SHG que había comenzado a fabricar y vender jabones en otra aldea, se animaron y utilizaron parte del dinero ahorrado para comprar los ingredientes, botellas y etiquetas para fabricar el jabón. Samagra Vikas les proporcionó la formación para preparar el compuesto, nociones de cómo comercializarlo, cómo llevar la cuenta de las ventas y les ayudó en todo el proceso.

Nos contaban orgullosas cómo esta actividad les reporta ahora unos ingresos que les ayuda a pagar el colegio de sus hijos, comprar comida y tener unos pequeños ahorros para imprevistos. Gracias a pertenecer al grupo se sienten más fuertes, protegidas y con ganas de tener presencia en la sociedad y luchar por sus derechos. Como grupo han emprendido distintas acciones de denuncia y reclamaciones ante la autoridad local y han conseguido hacerse escuchar y respetar.

El testimonio de estas mujeres nos emociona y nos hace comprender la situación de vulnerabilidad que sufren las mujeres en India, y la fuerza y el poder que cobran cuando logran asociarse y unirse como colectivo.

En nuestras palabras de agradecimiento tras la jornada les contamos cómo también Manos Unidas fue fundada hace más de 50 años por un grupo de mujeres que se juntaron para luchar contra el hambre en el mundo, cómo en aquel momento la mujer en España estaba también relegada a un segundo plano y privada de muchos derechos y cómo durante estos años la Organización no ha hecho más que crecer.

Nos sentimos realmente privilegiadas de haber podido celebrar el día de la Mujer con estas mujeres fuertes, luchadoras y orgullosas, y nos vamos llenas de energía y recuerdos positivos que nos ayudarán a seguir trabajando para cambiar la situación de injusticia que viven millones de mujeres en todo el mundo.

Ana Luna
Departamento de Proyectos de Asia.
Este artículo fue publicado en la revista de Manos Unidas nº 200 (Junio-Septiembre de 2016).