Mirabile dictu - Alfa y Omega

Mirabile dictu

Cristina Sánchez Aguilar
Foto: Goya Producciones.

La vida de san Pedro Poveda; la historia de un refugiado africano; quiénes son los cristianos perseguidos de Irak, o cómo fue el martirio de dos misioneros polacos. Todas estas historias son reales, palpables, inspiradoras. Son maravillosas de contar, mirabile dictu, traducción latina que titula el festival internacional ya conocido como los Óscar del cine católico y que celebró a finales de junio en Roma su séptima edición.

En el festival, creado por la directora de cine Liana Marabini y patrocinado por el Pontificio Consejo de la Cultura, se dieron cita un nutrido grupo de creadores audiovisuales que, durante el último curso, invirtieron tiempo y dinero en acercar al gran público unas vidas lejanas a los superhéroes o los guapos de Hollywood a los que la pantalla nos tiene tan acostumbrados.

Uno de ellos fue el director de cine Pablo Moreno que, tras su éxito Un Dios prohibido, apostó por mostrar a los españoles la figura de uno de sus santos más adelantados a su tiempo y más desconocidos, Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana y pieza clave en la promoción de la mujer y la libertad de enseñanza en este país. Poveda, su filme, fue galardonado con el premio a la mejor película.

En la categoría de mejor director venció el austríaco Peter Schreiner por su largometraje Lampedusa, en el que narra la vida de un refugiado africano después de llegar a la isla italiana. El mejor documental fue A life is never wasted del periodista polaco Krzysztof Tadej, una historia sobre sus dos compatriotas misioneros asesinados en Perú por Sendero Luminoso y recientemente declarados mártires de la Iglesia católica. Finalmente, el premio al mejor director de cortometraje fue para John La Raw por su cortometraje The confession.

Nuestra colaboradora Ángeles Conde compitió en la categoría de mejor dirección de cortometraje con el documental En la frontera del infierno. Cristianos perseguidos en Irak, realizado con la agencia Rome Reports, que narra el drama de las familias cristianas que tuvieron que escapar de Dáesh. Fue grabado en Erbil, el Kurdistán iraquí, apenas cuatro meses después de la llegada de los yihadistas a ciudades como Mosul o la llanura de Nínive.