Cumple los sueños de los demás, aunque él mismo no puede mantener ni la cuchara - Alfa y Omega

Cumple los sueños de los demás, aunque él mismo no puede mantener ni la cuchara

La inspiradora historia de Steve Gleason, atleta con atrofia muscular

Aleteia

A veces, basta con un sólo momento para saber que algo especial va a pasar. Es lo que promete el trailer de un documental que cuenta la historia de un ex jugador de fútbol americano Steve Gleason.

Hay indicios de que la película Gleason no se mostrará en los cines de todos los países. Podríamos en este punto empezar a quejarnos de la comercialización del cine contemporáneo, donde no caben obras de valor. Pero esto no sería el estilo de nuestro protagonista.

Tu tiempo es limitado

El atleta sufre esclerosis lateral amiotrófica.

–¿Has pensado en cuánto tiempo te queda de vida? –le pregunta el periodista de televisión.

–Sí. Es un buen tema para la reflexión –le responde Gleason con una voz cada vez más débil.

–¿Por qué?

–Porque todos tenemos nuestro propio camino de la vida que es limitado. Sin embargo, la mayoría de nosotros vivimos como si no fuera así.

Este diálogo (que es una traducción libre) es la última parte del material para la NBC emitido antes de la Super Bowl en 2012, es decir, justo antes del evento deportivo más importante en los Estados Unidos.
Sin embargo, el programa con la participación de Gleason no se centró en la lucha deportiva, sino en la lucha con una enfermedad mortal.

El héroe del fútbol, antes musculoso y duro como una roca, apareció en el programa sufriendo ya más de un año de una enfermedad neurológica grave que consiste en la parálisis de las neuronas motoras, lo que conduce a la atrofia muscular progresiva y a la muerte.

El proceso de esta enfermedad se puede explicar también gracias a la analogía con el deporte: al principio aparecen problemas para tomar la pelota, y luego para tomar… el aliento.

«El santo» de Nueva Orleans

Puede parecer que la película Gleason es una historia sobre la pérdida, sobre revivir las antiguas glorias, sobre las injusticias del destino, la desesperación… No es ninguna de estas cosas.

No es el estilo del ex jugador del Santos de Nueva Orleans (New Orleans Saints), o populares «Santos» en Nueva Orleans.

«Creo que mi futuro será mayor que mi pasado», dice el atleta en la película. Tampoco piensa rendirse a la lenta desaparición de la función motora y a la muerte inminente.

En la fase inicial de la enfermedad comienza a realizar sus sueños. Después de un tiempo se da cuenta de que debería también hacer algo por los demás. Así que crea la fundación «Team Gleason», cuya misión es organizar excursiones para otros pacientes con esclerosis lateral amiotrófica.

La idea es darles la motivación para seguir viviendo y para mostrar al mundo que las personas con esta enfermedad pueden alcanzar sus objetivos. Y cumplir sus sueños.

La belleza del matrimonio

El enfermo terminal Steve Gleason y su mujer deciden tener un hijo. Es una decisión consciente. La relación entre padre e hijo mostrada en la película, conmueve.

Por un lado vemos al antiguo héroe de los deportes, perdiendo la voz y la movilidad, cada vez más endeble que requiere de un cuidado constante. Por otro lado aparece el hijo, que –a diferencia de su padre– aprende a andar, hablar y con cada año aumenta su independencia.

También está la mujer que no tiene la intención de desesperase y apoya a su marido en la dureza de la enfermedad.

Aquí llegamos al mensaje que aparece al comienzo del anuncio de la película: lo importante en el matrimonio no es sólo la forma en que nos comportamos cuando todo va bien, sino, sobre todo, cómo nos comportamos en los tiempos difíciles.

Przemyslaw Salek / Aleteia.org