Laicidad positiva para prevenir el radicalismo - Alfa y Omega

Laicidad positiva para prevenir el radicalismo

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Foto: CNS

El asesinato del padre Jacques Hamel ha reabierto en Francia el debate sobre la conveniencia de introducir cierto control en la actividad en las mezquitas. Es una cuestión peliaguda por afectar a un derecho fundamental como la libertad religiosa y conviene extremar la vigilancia, pero hasta ahora el primer ministro, Manuel Valls, ha conducido con inteligencia el asunto. El Gobierno francés no puede encargarse de la formación de los imanes, pero sí colaborar con instituciones musulmanas legítimas y representativas para favorecer que sus predicadores reciban la instrucción adecuada. Tampoco es descabellado cerrar mezquitas que inciten al odio o limitar la financiación al culto musulmán desde el exterior cuando provenga de estados o grupos que no respetan los derechos humanos. La paradoja es que un Gobierno socialista proponga estas medidas, que cuestionan el dogma del laicismo francés. El planteamiento encaja mejor con una laicidad positiva en la que el Estado y las confesiones religiosas colaboran, desde la independencia, al servicio del bien común, en este caso en la prevención del radicalismo.