«No venimos a este mundo a vegetar» - Alfa y Omega

«No venimos a este mundo a vegetar»

Francisco ha animado a los jóvenes a cambiar el mundo desde la clave más auténticamente cristiana: la misericordia

Alfa y Omega
Foto: CNS

Poco antes de la JMJ, el Papa les confesaba a los jóvenes su deseo de encontrarse con ellos «para ofrecer un nuevo signo de armonía» en estos tiempos convulsos. «El mundo está en guerra», decía el Pontífice a los periodistas en el avión rumbo a Polonia. En Cracovia Francisco no les ha ahorrado a los chicos crudeza en su descripción de la realidad. No para sumirles en el desánimo, sino para lanzarles a comprometerse en la transformación del mundo desde la clave más auténticamente cristiana. «Puede que se rían de vosotros porque creéis en la fuerza mansa y humilde de la misericordia», les decía el domingo al enviarles de vuelta a sus lugares de origen. «No os desaniméis: con vuestra sonrisa y vuestros brazos abiertos predicáis la esperanza y sois una bendición para la única familia humana».

La propuesta de Francisco es cualquier cosa menos pusilánime. «No venimos a este mundo a vegetar, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca», clamaba en la víspera durante la vigilia de oración. «Para seguir a Jesús hay que tener una cuota de valentía, hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados […] siguiendo la locura de nuestro Dios, que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y el emigrante, en el vecino que está solo».

Hay mucha gente –advertía a un auditorio compuesto en su mayoría por hijos e hijas de la sociedad de consumo– «que no os quiere bien, que os quiere atontados, embobados, adormecidos, pero nunca libres». El vicario de Cristo, sin embargo, les animaba a «ser actores políticos, pensadores, movilizadores sociales». Personas libres que dejan huella en el mundo y no permiten que otros decidan su futuro. Es la llamada al compromiso que ha caracterizado todas las JMJ pero de manera particularmente intensa esta última. La próxima cita será en 2019. «Yo no sé si voy a estar en Panamá –decía Francisco al despedirse de Cracovia–, pero les puedo asegurar una cosa: que Pedro va a estar». La historia de las jornadas mundiales de la juventud continúa.