Orar con santa Teresa: «Ah, pastores que veláis» - Alfa y Omega

Orar con santa Teresa: «Ah, pastores que veláis»

En plenas fiestas de la Navidad, continuamos con nuestra sección online de oraciones de santa Teresa de Jesús, con uno de los villancicos que compuso la Santa

José Antonio Méndez

La contemplación de los misterios de Jesús y la adoración de su «divina Humanidad» fueron una constante en la vida de fe de santa Teresa de Jesús. A lo largo de sus escritos –y singularmente, a lo largo del Libro de la Vida– recomienda este ejercicio de oración mental, que ella misma no sólo practicaba en la soledad de su celda y en los momentos de silencio en el coro, sino que también ponía en práctica durante la oración vocal que llevaba a cabo junto al resto de las monjas de los carmelos que iba fundando. Incluso, como demuestran sus cartas, lo aconsejaba a las religiosas de otros carmelos, a novicias e incluso a sus familiares y amigos.

De ese modo, cuando llegaban los grandes tiempos litúrgicos, santa Teresa de Jesús disponía su corazón al ritmo del latido de la Iglesia, e iba recorriendo los diferentes momentos de la Vida de Jesús, meditándolos en su oración. En muchos casos, de aquella contemplación silenciosa y personal surgieron algunos de sus poemas, oraciones y escritos que hoy, 500 años después de su nacimiento, siguen ayudando a cualquier persona a ponerse en presencia de Dios.

Los villancicos de santa Teresa forman parte de ese corpus literario que vio la luz a la luz de su oración. Con ellos, cantaba junto a sus monjas carmelitas para celebrar con alegría teresiana las fiestas de la Navidad, y también (y sobre todo) rezaba y hacía rezar, gracias a un diálogo en el que varios personajes populares por ella inventados (Gil, Llorente, Pascual y Brasillo) ponían voz a los diferentes sentimientos que surgen en el corazón al ver a un Dios de carne humana, al Todopoderoso en pañales, al Creador indefenso. Una de estas composiciones es el villancico Pastores que veláis que ahora proponemos a todos nuestros lectores, para celebrar la Navidad y despedir el 2014 de la mano de santa Teresa. Con la mirada puesta en el Niño les deseamos, de corazón, un feliz y santo 2015.

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo:

¡Ah, pastores que veláis,
por guardar vuestro rebaño,
mirad que os nace un Cordero,
Hijo de Dios Soberano!

Viene pobre y despreciado,
comenzadle ya a guardar,
que el lobo os le ha de llevar,
sin que le hayamos gozado.
Gil, dame acá aquel cayado
que no me saldrá de mano,
no nos lleven al Cordero:
¿no ves que es Dios Soberano?

¡Soncas!, que estoy aturdido
de gozo y de penas junto.
¿Si es Dios el que hoy ha nacido,
cómo puede ser difunto?
¡Oh, que es hombre también junto!
La vida estará en su mano;
mirad, que es este el Cordero,
Hijo de Dios Soberano.

No sé para qué le piden,
pues le dan después tal guerra.
Mía fe, Gil, mejor será
que se nos torne a su tierra.
Si el pecado nos destierra,
y está el bien todo en su mano,
ya que ha venido, padezca
este Dios tan Soberano.

Poco te duele su pena;
¡oh, cómo es cierto del hombre,
cuando nos viene provecho,
el mal ajeno se esconde!
¿No ves que gana renombre
de pastor de gran rebaño?
Con todo, es cosa muy fuerte
que muera Dios Soberano.

Amén.