Enfoque

No había plan B. El domingo, el Papa insistía en el avión de vuelta a Roma en que iría a Colombia en 2017 «si sale el proceso de paz, cuando todo esté blindado, si gana [el “Sí” en] el plebiscito» sobre el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC. Horas después, la inesperada victoria del «No» sumía a los que habían trabajado por este acuerdo —incluida la Iglesia— en el desconcierto. Los obispos piden «una profunda reflexión» que supere la polarización social y animan al Gobierno, a las FARC y a todos los agentes políticos y sociales a «mantener la voluntad de diálogo». Sí es segura en 20017 las visita del Papa en 2017 a Fátima (Portugal), y muy probable a la India y a Bangladés.

El Papa Francisco y el primado de la Iglesia de Inglaterra, Justin Welby celebraron ayer en Roma el 50 aniversario del primer encuentro de sus predecesores desde la Reforma. Ambos enviaron a trabajar «de dos en dos» en países como Pakistán, Brasil, Irlanda o Malaui a 36 obispos de ambas Iglesias, que han peregrinado juntos desde Canterbury —en la imagen— a Roma. Es el ecumenismo de «hacer cosas juntos» de Francisco; una propuesta que seguramente escucharemos de nuevo en unas semanas, cuando el Papa viaje a Suecia para conmemorar el V centenario de la Reforma de Lutero.

El Papa quiere abrir de inmediato el proceso de beatificación del padre Jacques Hamel, el sacerdote asesinado en Francia el 26 de julio mientras celebraba Misa, y a quien Francisco se ha referido ya públicamente como mártir. El arzobispo de Ruán hizo el anuncio el domingo al reabrir al culto la iglesia en que fue degollado el sacerdote, aunque después el propio Francisco aclaró que se trata de una propuesta todavía en estudio. Solo en casos excepcionales se ha suprimido el período de espera entre la muerte y el inicio de la causa, sin que ello implique después una menor exigencia en el proceso.