«La paz es un derecho, un deber y una necesidad de todos» - Alfa y Omega

«La paz es un derecho, un deber y una necesidad de todos»

Los Obispos de la Iglesia católica en Colombia, reunidos durante los días 13 y 14 de octubre en ambiente de oración y diálogo fraterno «para analizar el momento que vive nuestra patria» comparten en una declaración conjunta su preocupación por la situación del país. En el texto recuerdan que «la paz es un derecho, un deber y una necesidad de todos» y piden al Gobierno y a las FARC «que se mantenga indefinidamente el cese de las hostilidades»

Redacción

«Nos hemos reunido para discernir lo que Dios quiere de nosotros y para establecer los caminos pastorales que debemos recorrer», afirman en el texto, firmado por monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, presidente de la Conferencia Episcopal colombiana. Tras dos días de oración y análisis, los obispos transmiten «una voz de ánimo y esperanza al pueblo colombiano».

En estos días, reconocen, «hemos afianzado nuestra certeza de que es Dios quien dirige la historia y está siempre presente en medio de su pueblo. Con el salmista proclamamos que su misericordia es eterna e invitamos a todos los creyentes a que intensifiquemos nuestras súplicas para que Dios nos conceda sabiduría y fortaleza en las decisiones con las que todos nos debemos comprometer».

La Iglesia católica, afirman, «nunca ha dejado y nunca dejará de anunciar la paz y de trabajar por ella; es un derecho, un deber y una necesidad de todos. Compartimos con los colombianos el anhelo de que pronto se llegue a un acuerdo definitivo con las FARC-EP». Los prelados, asimismo, recalcan la importancia «de que terminen todos los enfrentamientos armados que han bañado en sangre nuestra tierra, así como los demás factores que han generado y siguen generando injusticia y violencia».

La Iglesia, con las víctimas

Los obispos colombianos recuerdan «las esperanzas de las víctimas, de los campesinos, de las diferentes etnias, de todos los que han sufrido las consecuencias del conflicto. Percibimos en las expresiones de tantas personas, especialmente de niños y jóvenes, el profundo anhelo de un futuro de paz».

Interpretando el sentir del pueblo colombiano, «pedimos al Gobierno y a las FARC-EP que se mantenga indefinidamente el cese de hostilidades» y reafirman su compromiso en la tarea de la reconciliación. «La Iglesia católica, al margen de cualquier vinculación partidista, sigue firme en su invitación a que todos trabajemos desinteresadamente por el bien común».

Finalmente, recalcan la urgencia «de tener un proyecto nacional, fruto de la participación de todos», y para ello, recuerdan, «es imprescindible centrarse prioritariamente en estas situaciones que preocupan hondamente a la nación: la unidad de los colombianos, la defensa de la vida y de la familia, la educación, la participación política, la solidez de la democracia y de las instituciones, las víctimas de la violencia, el narcotráfico, la corrupción, la crisis de la salud, la crisis de la justicia, la inequidad social y la ideología de género».