Francisco envía nuevos cardenales a países en crisis - Alfa y Omega

Francisco envía nuevos cardenales a países en crisis

María Martínez López
Monseñor Porras visita este fin de semana una parroquia de los Abruzos afectada por los recientes terremotos en Italia. Foto: Amadeo Rossi

Al elegir a los 17 cardenales que serán creados este sábado, el Papa refleja la universalidad de la Iglesia, pero también su solicitud por países que viven situaciones delicadas. Junto a obispos de periferias como Bangladés o Isla Mauricio, están el nuncio en Siria, el arzobispo de Bangui (República Centroafricana), tres obispos de EE. UU. y el venezolano Baltazar Porras, arzobispo de Mérida.

Este último afirma que su elección «ciertamente es un indicativo del cariño y preocupación» de Francisco por Venezuela. La grave crisis por la falta de productos básicos y «la creciente violencia» han dado pie a «buscar necesariamente un entendimiento de algún tipo» entre Gobierno y oposición. Francisco ha impulsado el diálogo al designar a dos enviados para acompañar las negociaciones. Monseñor Porras espera manifestarle su «gratitud personal y la de toda la Iglesia» del país, aunque también le contará que esta apuesta ha causado «polarización», ya que negociaciones anteriores «simplemente sirvieron para que el Gobierno ganara tiempo». La intención de la Iglesia es «facilitar que las partes se sienten en la misma mesa», pero es necesaria «una agenda de trabajo» que permita «llegar a soluciones rápidas» para evitar más maniobras dilatorias.

Monseñor Porras se aloja ya con su delegación en el Colegio Español de Roma, por invitación de su amigo monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, otro cardenal electo. La institución alberga desde septiembre a siete sacerdotes venezolanos, tras cerrar el Colegio Venezolano por falta de recursos. Los dos obispos y sus delegaciones celebrarán el consistorio juntos –explica Amadeo Rossi, responsable de la delegación de Mérida–, en el clima de «sencillez que ha pedido el Papa». El sábado comerán en el Colegio Español, y por la tarde compartirán espacio en el aula Pablo VI para la visita de cortesía. La semana próxima, monseñor Porras visitará Madrid.

La América de Trump

El país con más peso en el consistorio es EE. UU., con tres nuevos cardenales: monseñor Kevin Farrell, prefecto del nuevo dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; monseñor Blase Cupich, arzobispo de Chicago, y monseñor Joseph Tobin, arzobispo electo de Newark. Son los nuevos hombres de confianza de Francisco en la Iglesia que tendrá que lidiar con la administración Trump. Monseñor Cupich saludó su triunfo recordando a los «ideales americanos de justicia para todos, igualdad y fraternidad», y «servicio a los necesitados», mientras que el hasta ayer presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Kurtz, recordó a Trump que los obispos seguirán firmes al exigir que los inmigrantes y refugiados sean «acogidos con humanidad», aunque también le tienden la mano para proteger el derecho a la vida o la libertad religiosa fuera y dentro del país.

Bangui, donde empezó todo

En víspera de la clausura del Año de la Misericordia, Francisco también creará cardenal al arzobispo de Bangui, en la República Centroafricana. En esta ciudad Francisco abrió la primera Puerta Santa, el 29 de noviembre del año pasado, durante su visita. Ahora, reconoce el trabajo por la paz de su arzobispo, que recorre el país con el responsable de la Comunidad Islámica para impedir que el odio interreligioso siga alimentando el conflicto del país.

La cercanía del Papa a Siria

Acepto con gusto la invitación de Alfa y Omega con motivo de la creación como cardenal de monseñor Zenari, nuncio en Siria. La labor del nuncio hay que verla al servicio del «vínculo indisoluble entre la Sede de Pedro y las Iglesias particulares», para manifestar la cercanía del Papa y ayudar a la Iglesia en el país, llevando a cabo también una actividad diplomática al servicio de la paz.

Es lo que hace monseñor Zenari en Siria, con mucha competencia y dedicación, desde antes incluso de que comenzara el conflicto. Para mí, su creación como cardenal no es solo un reconocimiento de la importancia de su misión y de su buen trabajo, sino, sobre todo, una expresión del amor y de la cercanía del Papa a la amada y martirizada Siria y a todo el Medio Oriente, donde los cristianos están presentes desde el inicio del cristianismo desarrollando una labor estupenda como artífices de paz, de reconciliación y de desarrollo y haciendo presente a Jesús en esa Tierra Santa tan especial, muchas veces en medio de grandes dificultades.

El Papa está cerca de la población que sufre y muchísimas veces, desde el inicio de la crisis en Siria, ha hablado de la situación en ese país, invitando a una solución política del conflicto basada en el dialogo y a rezar por la paz. Me parece oportuno recordar la preciosa iniciativa de ayuno y de oración por la paz en Siria y en toda la región que propuso en septiembre de 2013 y que fue conmovedora y produjo tantos frutos.

La creación como cardenal de monseñor Zenari es un nuevo gesto de su apoyo y una invitación a todos para que no nos olvidemos de ellos, auténticos testigos de la fe, sosteniéndolos con nuestra oración y con nuestra ayuda.

Alberto Ortega
Nuncio en Jordania e Irak