Otros cinco mil jóvenes consagrados a Dios - Alfa y Omega

Otros cinco mil jóvenes consagrados a Dios

Casi cinco mil jóvenes neocatecumenales acogieron la llamada al sacerdocio y a la vida consagrada en el encuentro vocacional del Camino Neocatecumenal en Río Centro este lunes, en el que participaron cerca de 50 mil jóvenes, 5 cardenales y 75 obispos. La celebración fue presidida por el arzobispo de Río de Janeiro, monseñor Orani Tempesta, y organizada por el equipo internacional del Camino: Kiko Argüello, Carmen Hernández y el padre Mario Pezzi. Kiko anunció que, al volver de Río de Janeiro, tendrán la primera audiencia oficial con el Santo Padre

Juan Ignacio Merino

El lunes 29, el Papa ya se había marchado hacia Roma, y los peregrinos del Camino Neocatecumenal de todo el mundo se dirigían al centro de convenciones Río Centro, desde primera hora de la mañana, para participar de este encuentro habitual para los neocatecúmenos. En él, tras una celebración de la Palabra y la predicación de Kiko Argüello, se piden vocaciones para los 100 seminarios Redemptoris Mater repartidos por los cinco continentes, y chicas para la vida consagrada. El interior del local y los exteriores estaban abarrotados de peregrinos. Los de afuera vieron el acto a través de unas pantallas. Se superaron las previsiones, ya que no se esperaba que asistieran tantos brasileños, casi unos 30.000. El encuentro comenzó a las 14:30 horas en punto, ya que muchas radios y televisiones de diferentes países lo retransmitían, entre ellas 13TV, donde se pudo ver a las 24 horas –hora española–.

En esta ocasión, Kiko Argüello predicó la catequesis de los tres ángeles, en la que expone tres anuncios –de los ángeles– a tres mujeres: el demonio a Eva, el arcángel Gabriel a la Virgen María, y el predicador, Kiko, como anunciador, a los presentes. Habló de la necesidad que tiene el hombre de responder ante la Buena Noticia, de ser como María y no como Eva, y acogerse a la misericordia de Dios que se muestra en la Cruz. «Dios ha mostrado en Cristo su esencia, y su esencia es amarte, amarnos», sentenciaba Kiko, mientras que los presentes, a pesar del calor del interior y el sol de afuera, aguardaban silenciosos las palabras del iniciador del Camino. «El amor de Dios es unitivo… Yo en ellos, tú en mí, para que sean perfectamente uno y crean. Dios quiere ser en ti, uno… Deja que Dios descienda su esencia en ti y te convierta», continuaba el pintor leonés.

Tras la predicación y la proclamación de la Palabra acompañado por varios cánticos de Kiko, el arzobispo de Río de Janeiro, monseñor Orani Tempesta, agradeció a los jóvenes su presencia en Río y su testimonio, y les animó a que siguieran la llamada de Dios. También dieron una palabra de ánimo Carmen Hernández y el padre Mario Pezzi, quien recordó que, el día anterior, el Papa alentó, en ese mismo lugar, a los peregrinos, a que esta Jornada les haya ayudado a profundizar y a preguntarse qué es lo que el Señor quiere de ellos.

Misión popular por las calles

Kiko Argüello habló también de la importante misión que ha hecho el Camino en todo el mundo durante el tiempo de Pascua, saliendo a 10.000 plazas, en las que 40.000 personas han escuchado y se han incorporado a una Comunidad para vivir este itinerario de fe postbautismal. Kiko aseguró que el Papa conoce y apoya esta misión, y aprovechó para informar que a la vuelta de Río tendrán audiencia con el Papa Francisco. También recalcó la misión popular que han hecho por las ciudades durante estos días en diferentes ciudades de Brasil, realizando diversos itinerarios y predicando por las calles y plazas. Además de esa misión, reiteró la importancia de la evangelización de Asia, comentando que el Papa había anunciado ese matiz durante el viaje de vuelta a Roma con los periodistas. Y para evangelizar Asia se necesitan sacerdotes que acompañen a los equipos de catequistas y, a través de la comunión, también se vean los signos del amor de Dios: «Necesitamos 20 mil sacerdotes para evangelizar China», aseguró.

Y llegó el momento culminante. Después de una breve oración en silencio para pedir obreros a la mies del Señor, Kiko pidió que se levantaran primero los chicos y, después, las chicas que sintieran la llamada para el sacerdocio o para la vida consagrada. Primero, una riada de chicos jovencísimos llegaron al estrado, muchos corriendo desde la explanada de hierba repleta de gente. Tras recibir una bendición de los obispos, como ayuda en este nuevo tiempo que inician, volvieron a sus sitios llenos de alegría. Posteriormente, las chicas, de la misma manera, corrieron desde sus sitios y subieron al estrado: más de 2.500 chicas y 3.000 chicos que comezarán a discernir esta llamada que han mostrado, públicamente, en Río de Janeiro.