Una asignatura llamada solidaridad - Alfa y Omega

Una asignatura llamada solidaridad

Los alumnos del seminario menor de Zamora han vuelto a organizar su ya tradicional cena solidaria, cuyos beneficios se ha destinado a la casa de acogida de Cáritas diocesana

Victoria Esteban
Algunos de los alumnos que participaron en la preparación de la cena solidaria. Foto: Diócesis de Zamora

«Porque es la forma que tenemos nosotros de ayudar a alguien que lo necesita. Esto es lo que está en nuestra mano», explica el seminarista menor de Zamora Pablo Olea. Junto a sus compañeros de 4º ESO del seminario menor de Zamora, se ha encargado este año de organizar y celebrar la VII Cena Solidaria, cuya recaudación se ha destinado íntegramente a la casa de acogida Madre Bonifacia de Cáritas diocesana de Zamora.

Una idea, la de esta cena solidaria, que nació en el seno de la asignatura de Religión hace ya siete años, y que ha ido cobrando fuerza edición tras edición. Durante los primeros años, los chavales vestían de gala el comedor del centro educativo para servir a los comensales, que habitualmente eran sus familiares, un menú especial para la ocasión. Sin embargo, la propuesta solidaria de estos adolescentes ha crecido y el boca a boca ha hecho que sea una fecha señalada en el calendario solidario de muchos zamoranos cada vez que se acerca la Navidad.

Los alumnos elaboraron el menú con la ayuda de un chef zamorano. Foto: Diócesis de Zamora

Tan es así, que en esta edición hubo que buscar un nuevo espacio donde servir la cena, y desde luego la nueva ubicación no pudo ser mejor: el claustro abovedado del siglo XVIII del seminario. Cerca de 200 personas participaron en esta cena solidaria en la que también se otorgó el premio solidario San Atilano a la casa de acogida Madre Bonifacia.

Los seminaristas menores decidieron entregar la recaudación de la cena y otorgar el reconocimiento a este proyecto por el que han pasado 400 personas solo en 2016. Un centro que da cobijo y manutención a las personas que no tienen acceso a una vivienda digna. Y no solo eso, sino que «ofrecemos un espacio de reflexión donde se aprende a reconocer el porqué de la situación que está viviendo la persona», afirma la directora de la casa, María León.

Precisamente, el domingo 27 de noviembre se celebró el Día de Personas sin Hogar, bajo el lema Hazme visible. Durante la campaña, la casa de acogida de Cáritas Zamora ha dado a conocer la realidad de este colectivo, a través de distintas actividades de sensibilización.

Este año se estrenó ubicación, el claustro abovedado del siglo XVIII del seminario. Foto: Diócesis de Zamora

«Un guiño a la integración»

El director de estudios del seminario San Atilano de Zamora, Juan Carlos López, reconoce que esta actividad «es algo más que unos cuantos platos elaborados por uno de los mejores chef de Zamora» (Jonathan Garrote); sino que se trata de «un guiño a la educación integral en la que el seminario menor San Atilano cree y desde la que organiza la vida de toda la comunidad educativa».

Para este centro escolar, en el que estudian 66 alumnos de Educación Secundaria, cultivar la vocación es «enseñar a leer lo que Dios quiere de cada uno», así como estar dispuesto a ponerse en disposición de atender a los demás, «especialmente a los más débiles», subraya el director de estudios.

Un seminario menor del siglo XXI debe ser un centro en el que se forma de otra manera, acompañando a los chavales en todas las dimensiones de su vida: la académica, la espiritual y la social. «Todas caminan de la mano y todas han de ser atendidas debidamente por los educadores, que nos afanamos en ser algo más que profesores: facilitadores de experiencias que curten el ser e invitan a mirar de otra manera la realidad», añade López.

La cena solidaria es una excusa perfecta para educar desde todos los frentes: para reflexionar con los alumnos sobre la pobreza, la desigualdad y la injusticia; para despertar en los adolescentes y jóvenes una sana espiritualidad; para desarrollar una especial sensibilidad hacia los más necesitados. La cena solidaria es un proyecto que transciende ya la vida del propio seminario y que tiene una importante proyección social en Zamora, cumpliendo una doble misión educadora: hacia dentro y hacia fuera. «Creo que en esencia ese es el objetivo del seminario», puntualiza.