Libertad de expresión, pero sin ofensas gratuitas

El encuentro en el Vaticano entre el cardenal Tauran y 4 los imanes musulmanes estaba previsto desde hace tiempo, pero los atentados en París le dieron un nuevo, inesperado y dramático tono. Estuvieron también presentes representantes de la Conferencia Episcopal Francesa.

Los participantes se muestran «consternados por el odioso atentado que, el 7 de enero de 2015, golpeó la sede de la publicación Charlie Hebdo», y se suman a las palabras del Papa Francisco para «denunciar la crueldad y la violencia ciega» de los atentados de Francia. «Como él, invitamos a los creyentes a manifestar con la amistad y la oración su solidaridad humana y espiritual hacia las víctimas y sus familiares».

«En estas circunstancias –añade la nota–, no está de más recordar que, sin la libertad de expresión, el mundo está en peligro». Al mismo tiempo, el texto afirma que «es imperativo oponerse con todos los medios a la difusión del odio y de cualquier forma de violencia, física y moral, que destruye la vida humana, viola la dignidad de las personas, mina radicalmente el bien fundamental de la convivencia pacífica entre las personas y los pueblos, a pesar de las diferencias de nacionalidad, de religión y de cultura».

Considerando el impacto que tienen en las sociedades los medios de comunicación, los líderes religiosos piden «a sus responsables a ofrecer una información respetuosa sobre las religiones, sus seguidores y sus prácticas, favoreciendo de esta manera una cultura del encuentro».

Ambas partes se reafirman también en que «el diálogo interreligioso es la única vía que podemos recorrer juntos para eliminar los prejuicios». Los responsables religiosos deben promover cada vez más una «cultura de la paz y de la esperanza», que sea capaz de vencer el miedo y «construir puentes entre los hombres».