El Papa invita a «encontrar un momento para detenernos» para descubrir el verdadero sentido de la Navidad - Alfa y Omega

El Papa invita a «encontrar un momento para detenernos» para descubrir el verdadero sentido de la Navidad

Contemplar el Pesebre nos ayuda a «entrar en la verdadera Navidad, la de Jesús, que se acerca –el Dios con nosotros, cercano a nosotros–», dijo Francisco en el último Ángelus dominical de Adviento

Ricardo Benjumea

Último Ángelus dominical de Adviento en la plaza de San Pedro. «El próximo domingo será Navidad. En esta semana tratemos de encontrar un momento para detenernos, para estar un poco en silencio, e imaginar a la Virgen y a San José mientras van a Belén», aconseja el Papa. Tiempo para imaginar «el camino, la fatiga, pero también la alegría, la conmoción, y luego su ansiedad por encontrar un lugar, su preocupación…».

Haciendo esto, «nos ayuda mucho el Pesebre» para «entrar en la verdadera Navidad, la de Jesús, que se acerca –el Dios con nosotros, cercano a nosotros–, para recibir la gracia de esta fiesta, que es una gracia de cercanía, de amor, de humildad y de ternura», dijo Francisco al término de la oración mariana, en la recordó también «el diálogo en la República Democrática del Congo» y pidió rezar para que «se desarrolle con serenidad, para evitar todo tipo de violencia y por el bien del país».

Previamente, al comentar el pasaje evangélico del día, el Papa recordó que María y José «han sido los primeros en acoger a Jesús mediante la fe», y ellos por tanto «nos introducen en el misterio de la Navidad. María nos ayuda a colocarnos en actitud de disponibilidad para acoger al Hijo de Dios en nuestra vida concreta, en nuestra carne. José nos insta a buscar siempre la voluntad de Dios y a seguirla con total confianza».

A ese mismo «Dios que se acerca yo le abro la puerta –al Señor– cuando siento una inspiración interior, cuando siento que me pide hacer algo más por los demás, cuando me llama a la oración», añadió el Papa. «Dios-con-nosotros, Dios que se acerca. Que este anuncio de esperanza, que se cumple en Navidad, lleve a cumplimiento la espera de Dios también en cada uno de nosotros, en toda la Iglesia, y en tantos pequeños que el mundo desprecia, pero que Dios ama y a los cuales se acerca».

Palabras del Papa antes del Ángelus

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

La liturgia de hoy, que es del cuarto y último domingo de Adviento, está caracterizada por el tema de la cercanía, la cercanía de Dios a la humanidad. El pasaje del Evangelio (cfr. Mt 1, 18-24) nos muestra a las dos personas que más que cualquier otra están envueltas en este misterio de amor: la Virgen María y su esposo José. Misterio de amor, misterio de cercanía de Dios con la humanidad.

María es presentada a la luz de la profecía que dice: «La Virgen concebirá y dará a luz un hijo» (v. 23). El evangelista Mateo reconoce que aquello ha acontecido en María, quien ha concebido a Jesús por obra del Espíritu Santo (cfr. v. 18). El hijo de Dios «viene» en su vientre para convertirse en hombre y Ella lo acoge. Así, de manera única, Dios se ha acercado al ser humano tomando la carne de una mujer: Dios se ha acercado al ser humano tomando la carne de una mujer.

También a nosotros, de manera diferente, Dios se acerca con su gracia para entrar en nuestra vida y ofrecernos en don a su Hijo. Y nosotros ¿qué hacemos? ¿Lo acogemos, lo dejamos acercarse o lo rechazamos, lo echamos? Como a María, que ofreciéndose libremente al Señor de la historia, se le ha permitido cambiar el destino de la humanidad, así también nosotros, acogiendo a Jesús y tratando de seguirlo cada día, podemos cooperar con su diseño de salvación sobre nosotros mismos y sobre el mundo. Por lo tanto María se nos presenta como el modelo al cual mirar y apoyo sobre el cual contar en nuestra búsqueda de Dios, en nuestra cercanía a Dios, con este dejar que Dios se acerque a nosotros, y en nuestro compromiso por construir la civilización del amor.

El otro protagonista del Evangelio de hoy es san José. El evangelista pone en evidencia cómo José por sí solo no pueda darse una explicación del acontecimiento que ve verificarse frente a sus ojos, o sea el embarazo de María. Precisamente entonces, en aquel momento de la duda, también del miedo Dios se le acerca con un mensajero suyo y él es iluminado sobre la naturaleza de aquella maternidad: «porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo» (v. 20). Así, frente al evento extraordinario, que ciertamente suscita en su corazón tantas interrogantes, se confía totalmente en Dios que se le acerca y, siguiendo su invitación, no repudia a su comprometida sino que la toma consigo y la desposa. Acogiendo a María, José acoge conscientemente y con amor a Aquel que ha sido concebido en ella por obra admirable de Dios, para quien nada es imposible. José, hombre humilde y justo (cfr. v. 19), nos enseña a confiarnos siempre en Dios, que se nos acerca: cuando Dios se nos acerca debemos confiarnos. José nos enseña a dejarnos guiar por Él con voluntaria obediencia. Ambos se dejaron acercar por el Señor.

Estas dos figuras, María y José, que han sido los primeros en acoger a Jesús mediante la fe, nos introducen en el misterio de la Navidad. María nos ayuda a colocarnos en actitud de disponibilidad para acoger al Hijo de Dios en nuestra vida concreta, en nuestra carne. José nos insta a buscar siempre la voluntad de Dios y a seguirla con total confianza. «La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros”» (Mt 1, 23). Así dice el ángel: «Emanuel se llamará el niño, que significa Dios-con-nosotros», o sea Dios cerca a nosotros. Y a Dios que se acerca yo le abro la puerta –al Señor– cuando siento una inspiración interior, cuando siento que me pide hacer algo más por los demás, cuando me llama a la oración. Dios-con-nosotros, Dios que se acerca. Que este anuncio de esperanza, que se cumple en Navidad, lleve a cumplimiento la espera de Dios también en cada uno de nosotros, en toda la Iglesia, y en tantos pequeños que el mundo desprecia, pero que Dios ama y a los cuales se acerca.