El poder oculto de la amabilidad - Alfa y Omega

El poder oculto de la amabilidad

Antonio R. Rubio Plo

El padre Lawrence G. Lovasik (1913-1986), un sacerdote norteamericano perteneciente a una familia de inmigrantes eslovacos, escribió numerosos folletos y obras divulgativas sobre las verdades básicas de la doctrina cristiana y el ejemplo de los santos. Él mismo reconoció que no tenía un brillante estilo literario, aunque eso no era obstáculo para tratar de difundir las enseñanzas que transmitía a los trabajadores del carbón y del acero de su Pennsylvania natal. Un trabajo agotador y aparentemente mecánico que podía insensibilizar a los hombres para escuchar la palabra de Dios. Sin embargo, Lovasik quería llegar a todos, incluso a los mineros y obreros de la siderurgia que apenas hablaban inglés. En el fondo, su principal objetivo era invitar a la gente a rezar mucho, pues la oración es uno de los canales de la gracia.

Todas las almas eran importantes para aquel sacerdote que, en 1955, fundó una orden religiosa femenina, las Hermanas del Divino Espíritu, en el convencimiento de que, como dijera santa Teresa de Lisieux, la oración y el sacrificio son eficaces para acercar almas a Cristo. Pero quien asocie esto a una pesada carga, demuestra no haber entendido el mensaje cristiano. Antes bien, la oración y el sacrificio responden a esa solicitud por los demás, propia de un auténtico seguidor de Cristo. Ser solícito equivale a ser amable, y Lovasik señala certeramente que, después de la gracia, la amabilidad es el mejor regalo de Dios. Es más valiosa que el celo la elocuencia o la sabiduría. Todo un convencimiento que le llevaría a escribir un libro, El poder oculto de la amabilidad (que ha publicado en español Rialp), una invitación a la alegría y, a la vez, un camino a la felicidad, por emplear el título de una conocida obra de un contemporáneo de Lovasik, el obispo Fulton J. Sheen, un gran comunicador como él.

Probablemente, nuestro autor buscara un título con gancho, que recordara los manuales de autoayuda que han inundado el mundo. Esos libros que perseguían ganar amigos, influir en la gente o manejar discursos convincentes, no iban descaminados en muchos de sus métodos y consejos. Pero su diferencia con la obra de Lovasik reside, sin duda, en la finalidad perseguida. Los libros que buscan influir serán adecuados para hombres y mujeres de mundo, supuestos triunfadores con todos a sus pies. Por el contrario, El poder oculto de la amabilidad toma como modelo a un Cristo amable, afable, comprensivo y optimista. El cristiano que es así, es alegre. Nada que ver con aquellos caritativos y misericordiosos que no sean amables. El cristiano es un imitador del amor solícito de Dios, una persona que ha hecho un sencillo y valioso descubrimiento: la caridad consiste en dar lo que eres, y no en dar lo que tienes. Al final, un cristiano amable demuestra ser más sagaz que el administrador infiel de la parábola, que únicamente pretendía congraciarse con los deudores de su amo (Lc 16, 1-13). En la amabilidad, se cumple la bienaventuranza de Jesús de que los mansos heredarán la tierra.