«El milagro se ha producido» - Alfa y Omega

«El milagro se ha producido»

Mariano Ugarte y Dori Zarco perdieron un hijo a causa del cáncer, pero ganaron «una confianza absoluta con Dios»… «Antes rezaba por su curación, y hemos sido curados nosotros», reconoce su padre, Presidente de la Asociación Pablo Ugarte, para la lucha contra el cáncer infantil

José Calderero de Aldecoa
El matrimonio Ugarte con su hijo Pablo, el día de su Primera Comunión.

«Si mi hijo Pablete hubiera sobrevivido, no hubiéramos ganado nada, sólo más tiempo para estar con él. En cambio, su muerte nos ha cambiado, su muerte ha tenido un sentido. El milagro se ha producido, él está en el cielo y, mientras esperamos a reunirnos con él, hemos ganado una confianza absoluta con Dios. Yo ya no rezo como antes, ahora dialogo constantemente con Dios. Antes rezaba por su curación, y hemos sido curados nosotros. Él disfruta ya desde el cielo y nosotros hemos ganado en confianza y en amor con Dios». Quien así habla es Mariano Ugarte, padre de Pablo y Presidente de la asociación que lleva el nombre de su hijo.

Pablo era un niño normal, «alegre, estupendo. Tenía una personalidad fuerte. Era el hermano de en medio de los cinco hijos, y se llevaba bien con todos. A Pablete le encantaba jugar con sus hermanos, era miedoso, el típico sensiblón. Todas las mañanas, se metía en nuestra cama y le encantaba estar pegado a nosotros. Lo hacía todas las mañanas. Parecía que supiese que no tenía mucho tiempo para estar con nosotros», recuerda Mariano.

De pronto, apareció un dolor en el muslo derecho. «No se le quitaba, fuimos de un hospital a otro. Hasta que, en la Seguridad Social, nos confirmaron el diagnóstico. Tardaron tres meses, pero por fin sabíamos lo que le pasaba», prosigue Mariano. A sus 8 años, Pablo tenía sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer infantil con un 40 % de mortalidad.

Después de conocer la enfermedad, «Pablo se hizo todavía mejor. No le cambió el humor, ni la personalidad. Quería seguir jugando con sus hermanos y amigos, éramos nosotros los que no le dejábamos. De pronto, se volvió muy responsable. Asumió lo que le pasaba, y lo asumió perfectamente. Maduró de golpe», explica el padre. «Él era el padrino de una prima suya. Un día me preguntó qué pasaba si se moría el padrino de un niño. Yo le contesté que no pasaba nada; se le pone otro padrino y listo. Y le pregunté a qué venía esa pregunta. Me contestó que por nada, por saber», añade Mariano, que veía cómo su hijo sobrellevaba la enfermedad con una naturalidad y una sobrenaturalidad extraordinaria.

Pablete falleció el 27 de noviembre de 2010, y apenas dos meses después, el 16 de enero de 2011, coincidiendo con el que hubiera sido su undécimo cumpleaños, nació la Asociación Pablo Ugarte, la APU. «Yo daría todo por volver a tener a mi hijo, pero su muerte no ha sido en vano. Ahora luchamos para evitar que, en el futuro, niños y sus familias tengan que pasar por el mismo sufrimiento que pasamos nosotros», asegura Mariano. La APU trabaja con el objetivo de erradicar el cáncer, especialmente el infantil. Lo que empezó como una asociación entre amigos, «ahora toca el corazón de la gente y ya somos unos 1.200 socios y entregamos 15.000 euros para la investigación contra el cáncer infantil», explica Mariano. La asociación destina todos sus fondos para este fin, y colabora, así, con el doctor José Román Gómez y su equipo del Hospital Reina Sofía de Córdoba; la doctora Carmen de Torres y su equipo del Hospital San Juan de Dios en Barcelona; el doctor José Luis Fúster y su equipo del Hospital Virgen de La Arrixaca en Murcia; y las doctoras Castel y Cañete y su equipo del Hospital Universitario La Fe de Valencia, que ha empezado a ser ayudado desde este mismo mes de enero.

En seis días, se cumplirá el decimotercer aniversario de su nacimiento y el tercero de la asociación. «Montamos la APU por impotencia, por la impotencia que sentíamos ante la enfermedad y muerte de nuestro hijo. Es como la impotencia de volar; el problema es que volar no lo necesitas, pero nosotros a Pablo lo necesitábamos», asegura Mariano.

Ahora donan miles de euros mensuales para luchar contra la enfermedad que se llevó a su hijo, al que esperan volver a ver. Mientras tanto, organizan numerosas actividades para recaudar fondos. La última es la campaña Sonrisas dulces. Por cada visionado del vídeo contenido en la página www.sonrisasdulces.com, la empresa Migueláñez donará 5 céntimos en la lucha contra el cáncer infantil. La camapaña ha sido prorrogada hasta el próximo día 16. El vídeo, de momento, ha sido visto más de 878.000 veces, lo que supone más de 43.900 euros destinados para que otros padres no tengan que enterrar a sus hijos a causa del cáncer.

El secreto de tantos frutos tiene una respuesta: «Hay tanta esperanza de que vamos a volver a ver a Pablo, que eso genera una fuerza tremenda en nosotros. Es como si nuestro hijo estuviera presente. Al final, el nombre de Pablo va a perdurar mucho más tiempo que el nuestro, y eso nos hace sentirnos muy orgullosos. Desde que murió Pablo, mi vida cambió, ahora es una cuenta atrás para volver a verle», asegura Mariano.

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