Los hechos juzgarán a Donald Trump - Alfa y Omega

Los hechos juzgarán a Donald Trump

El Papa ha pedido prudencia y juzgar a Trump desde los hechos, un sabio consejo frente a la contaminación ideológica ambiental

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Foto: CNS

Del 21 al 29 de enero la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos ha celebrado un año más una Novena por la Vida en torno a la manifestación que recuerda a los millones de seres humanos eliminados desde la sentencia del Tribunal Supremo que legalizó el aborto el 22 de enero de 1973. La Iglesia en Norteamérica ha asumido tradicionalmente un papel valiente y protagonista ante las principales controversias morales en la sociedad, ya sea defendiendo el derecho a la vida o promoviendo en primera línea la integración de los inmigrantes. Sabe quizá por ello moverse como pocos en un terreno resbaladizo, con frecuencia contaminado por intereses ideológicos ajenos a la fe, predicando la integridad del Evangelio, frente a quienes prefieren quedarse solamente con una parte.

Un hecho destacado en la Marcha por la Vida de este año ha sido la presencia del vicepresidente Mike Pence, enviado por el presidente Trump. Los obispos han sabido agradecer este gesto y valorar su importancia, sin que, por otra parte, esto les haya impedido criticar –en términos a veces muy duros– otras decisiones de la nueva Administración en una primera semana de mandato frenética y llena de pronunciamientos episcopales.

En una democracia como la estadounidense, la Iglesia puede y debe dialogar con todos, tendiendo puentes con unos y otros para buscar el mayor bien posible para toda la sociedad. La clave es hacerlo desde la independencia, sin pagar al poder temporal peajes inasumibles que, a la larga, terminan viciando las causas que se defienden. La jerarquía estadounidense lo tiene muy claro. El peligro está en la feligresía, que no es inmune a la fuerte polarización social del país en estos momentos. Hay que aplaudir que Trump se alinee ahora con los grupos provida, pero eso no convierte en aceptables otras decisiones suyas que lesionan la dignidad humana. Ante la nueva Administración, el Papa ha pedido prudencia y juzgar desde los hechos, un sabio consejo frente a la contaminación ideológica ambiental.