El cardenal Osoro, a los jóvenes: «Tenéis la vida de Dios para cambiar este mundo» - Alfa y Omega

El cardenal Osoro, a los jóvenes: «Tenéis la vida de Dios para cambiar este mundo»

Carlos González García
Foto: Deleju (Delegación de Juventud)

Fiel a la cita que, cada primer viernes de mes, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, celebra con los jóvenes madrileños, el prelado no quiso descuidar un nuevo encuentro de oración en la catedral de la Almudena, al hilo de la jornada Luces en la ciudad. Desafiando al frío que mantuvo en vilo a la capital, el cardenal aseveró que se hace verdad «con más hondura y plenitud» que «el camino con Jesús quita los miedos y todo lo puede».

A la luz del Evangelio, en una catedral repleta de jóvenes procedentes de lugares distintos, comunidades diversas y espiritualidades diferentes, el arzobispo les animó a entrar en el mundo «como Cristo, con Cristo y por Cristo». Así mismo, les alentó a creer en un Dios que «quiere que los hombres y mujeres de este mundo vivamos como hermanos», que «no es violento». Un Dios, dijo, «que quiere hijos y al que nosotros llamamos Padre» y «nos dice que entremos en el mundo para cambiarlo, como lo hizo Él mismo, haciéndose hombre por nosotros».

Un Cristo sin condiciones

Como Cristo, señaló, que «se encontró con todos lo hombres», sin condiciones de ningún tipo: «Con los pecadores, a los que rehabilitaba con su vida, con los que eran desechados de la vida comunitaria por la enfermedad que tenían, con los leprosos para curarlos y que volviesen al lugar donde vivían los demás», para que «volviesen a crear comunidad».

«Entremos al mundo como Jesús, demos la vida», dijo, «y cambiemos este mundo con la fuerza que nos da el Señor». Pero hagámoslo «con sus actitudes», insistió el prelado, y «miremos a los hombres con su mirada, con su amor, con su entrega». Él es la causa que «crea la humanidad verdadera», que «capacita para dar un abrazo al otro, sea quien sea» y que «crea capacidad para decir perdón y para perdonar».

«Para ser sal y dar sabor»

Además, instó a entrar en el mundo «para ser sal y dar sabor» porque «no sois unos jóvenes más, con una edad y posibilidades tremendas, no». Sois más «porque tenéis y conocéis a Jesucristo» y «os pide más porque pide que cambiéis esta tierra, que hagáis una gran familia, que respetéis a los demás, que no deis muerte si no vida». Porque «sois personas, imágenes de Dios, tenéis la vida de Dios: una posibilidad de cambiar esta tierra y este mundo», subrayó.

Finalmente, alentó a los jóvenes presentes a hacer, como el Papa Francisco, la cultura del encuentro. «Esta cultura es imposible hacerla si no nos encontramos con Jesucristo», y los cristianos «podemos y debemos presentarla con nuestra vida, como lo hacemos esta noche, todos los viernes en Madrid». Y, a la intemperie de este mandamiento, hagamos «el camino de Jesús –que todo lo puede–» para vivir sin miedo, ya que «miedo es no tener luz, no ser sal». Seamos luces, «presencia y gozo del regalo que nos hace», como incitó el arzobispo de Madrid a los jóvenes de la capital, para ser, eternamente, «luces en la ciudad».