La mediación hipotecaria, puerta abierta a la esperanza - Alfa y Omega

La mediación hipotecaria, puerta abierta a la esperanza

En esta época son muchas las personas que se ven en riesgo de perder su casa y es importante saber dónde acudir cuando se necesita ayuda, explica Isabel Chauca mediadora de la diócesis de Málaga

Beatriz Lafuente

¿Qué es la mediación hipotecaria?
Es un sistema de solución de conflictos. En este campo en concreto, el conflicto surge cuando el deudor no puede hacer frente a las obligaciones de pago y se encuentra en una situación de desequilibrio respecto a la entidad crediticia. A través de la mediación intentamos acercar posiciones para que lleguen a ganar ambas partes.

¿Es posible negociar con las entidades financieras?
La verdad es que suelen admitir y escuchar nuestras propuestas. La mayoría tienen una actitud positiva, ya que muchas de ellas están adheridas al código de buenas prácticas. Saben que son deudores de buena fe.

¿Qué perfil tienen las personas que acuden a la mediación?
Son personas que no pueden pagar la hipoteca, lo hacen con mucha dificultad o saben que en pocos meses van dejar de pagarla. Por ejemplo, un matrimonio que ha perdido el empleo, o que alguno de ellos lo mantiene pero en condiciones muy precarias ¿cómo va a pagar la deuda sin ingresos?

¿Dónde pueden acudir estas personas?
En Málaga la mediación hipotecaria institucionalizada se puede encontrar en la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga y Cáritas Diocesana, entre otros. Es importante saber dónde acudir cuando se necesita ayuda.

¿Qué soluciones puede aportar la mediación?
La reestructuración de la deuda hipotecaria, la quita de parte de capital pendiente de amortización o la dación en pago liberatoria son algunas de ellas.

¿Realizas esta labor de manera voluntaria?
Sí, mi trabajo remunerado es otro, pero yo soy cristiana e intento seguir a Jesús porque, como dice el papa Francisco, nosotros estamos para servir y para poner nuestros conocimientos al servicio de los demás. Colaboro en la parroquia Madre de Dios, en la Carretera de Cádiz, allí es donde intento ayudar. Además pertenezco junto a mi marido desde hace más de veinte años a los Equipos de Nuestra Señora, un movimiento de espiritualidad conyugal, porque creo que compartir la fe con tu pareja y con una comunidad es una bendición y a nivel de matrimonio ayuda muchísimo. Este año hemos celebrado nuestras bodas de plata junto a nuestros dos hijos.