La Comunidad de Madrid protege por decreto el sonido de las campanas de las iglesias - Alfa y Omega

La Comunidad de Madrid protege por decreto el sonido de las campanas de las iglesias

Su tañido quedará fuera de la aplicación de las ordenanzas sobre el ruido

ABC
Ignacio Torres, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Móstoles, en la torre del campanario. Foto: Isabel Permuy

El característico sonido de las campanas que se escucha en las inmediaciones de las iglesias estará muy pronto legalmente protegido: el Gobierno regional de Cristina Cifuentes ultima un decreto que «blindará» los tañidos, de manera que no puedan ser objeto de multa por superar los niveles de ruido permitidos. La medida pretende evitar situaciones que rozan el absurdo, como las que se han dado en los últimos meses en diferentes localidades madrileñas, y también fuera de la Comunidad Autónoma.

El caso más conocido en la región ha sido el de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Móstoles. Un templo del siglo XII, cuyo campanario es Bien de Interés Cultural, y que está amenazado desde octubre por el Ayuntamiento de aquella localidad con una posible sanción de hasta 16.000 euros por superar los decibelios permitidos en la normativa municipal.

Pero no es el único: la amenaza pendía también sobre otras iglesias mostoleñas, cuyo Ayuntamiento dirige el PSOE con Izquierda Unida. Y, hace apenas un mes, en enero, se suspendió el funcionamiento de las campanas en la histórica iglesia de San Nicolás, en Valencia (aunque diez días después se rectificó y suavizó la medida), medida que también llegó al campanario del convento de San José de la Montaña.

En el caso de Móstoles, la parroquia recurrió por vía administrativa el expediente sancionador y están a la espera de la respuesta del Gobierno municipal sobre el asunto. Mientras, confirma el párroco, Ignacio Torres, «las campanas siguen sonando». De hecho, asegura, «ha tenido que ocurrir esto para ver cuánto le gusta a la gente ese sonido». Hasta le han ofrecido hacer una recogida de firmas para evitar la suspensión del tradicional tañido.

La amenaza de sanción sobre las campanas de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción movilizó incluso al Obispado de Getafe –al que pertenece la parroquia mostoleña–, que emitió un comunicado protestando por que se equipare el sonido de las campanas «al ruido de una maquinaria o una industria». Recordaban que «no existe una normativa específica» sobre este campo y solicitaba que se desarrollase, tal y como defendía una moción presentada en el Senado en 2001 y que fue «aprobada por 204 votos a favor, 14 abstenciones y ningún voto en contra».

El Gobierno regional ha tomado la iniciativa para evitar que se repitan este tipo de situaciones: en la actualidad, la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio elabora un decreto que ponga fin al vacío normativo que existe con respecto al uso tradicional de las campanas en las iglesias. Para ello, aplica sus competencias para el desarrollo y ejecución de la legislación en materia de contaminación acústica.

El decreto pretende salvaguardar el uso tradicional de las campanas, «contemplándolo de manera singular dentro del régimen general de prevención en materia de ruido». Así, durante el día, el repique quedará fuera de la aplicación de las ordenanzas sobre ruido. Y ello, basándose en «su carácter histórico y su arraigo en el ámbito religioso y cultural de los municipios madrileños».

Actual vacío legal

El Gobierno de Cifuentes lleva valorando esta acción desde hace meses, cuando comenzaron a incoarse sanciones por el sonido de las campanas a algunas iglesias de la Comunidad. En algunos casos, para justificar estos expedientes se alegaba el exceso de decibelios de los tañidos y, en otras, las quejas del vecindario.

La Consejería de Medio Ambiente elaboró un informe sobre la aplicación de la normativa actual en materia de ruido, y en él se concluye que no existe «una norma general que contemple el particular sonido de las campanas como realidad singular a considerar en los procedimientos de vigilancia y control del ruido».

Dado que ni en la ley estatal sobre el ruido ni en las ordenanzas locales que regulan los niveles acústicos se estipula ninguna excepción respecto de los campanarios de iglesias, el Gobierno regional está elaborando un decreto que contemple específicamente el uso de las campanas «como parte del acervo social y cultural de nuestra región, y no como una fuente emisora de contaminación acústica».

El párroco de Nuestra Señora de la Asunción, Ignacio Torres, está de acuerdo con que «se toquen las campanas con moderación y no suenen a deshora»; de hecho, las de su templo están programadas para sonar desde las 10 de la mañana a las nueve y media de la noche, explica. Pero no termina de comprender los motivos que dieron lugar a este embrollo.

En su comunicado, el Obispado de Getafe también recuerda la «función social» de las campanas de las iglesias. Las de Móstoles, recuerda, han sonado «durante siglos», tanto doblando «en las muertes» como repicando «en las fiestas» o avisando de «incendios o emergencias».

Sara Medialdea / ABC