El cardenal Martínez Sistach informa al Papa sobre la continuidad del Congreso de las Grandes Ciudades - Alfa y Omega

El cardenal Martínez Sistach informa al Papa sobre la continuidad del Congreso de las Grandes Ciudades

A petición del cardenal Lluís Martínez Sistach, el Papa Francisco ha recibido este lunes en audiencia privada al arzobispo de Barcelona, quien le ha informado sobre la aplicación práctica de las conclusiones del Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades, celebrado en noviembre Barcelona

Ricardo Benjumea

El cardenal Martínez Sistach ha informado este lunes al Papa Francisco sobre la segunda etapa del Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades, de la publicación de las cartas del Congreso en diversas lenguas y de la creación de la Fundación Antoni Gaudí para las Grandes Ciudades, que dará continuidad a estos trabajos, informa el Arzobispado de Barcelona.

Barcelona fue sede de un Congreso en noviembre en el que participaron más de 20 pastores de grandes urbes de todo el mundo, entre ellos los de Madrid, el Vicario del Papa para Roma, los arzobispos de Río y Sao Paulo, o los de Seúl, Bombay o Kinshasa. Con anterioridad, en una primera etapa, Barcelona acogió en mayo un congreso de 24 expertos de todo el mundo en pastoral de grandes ciudades.

Los obispos participantes se trasladaron a Roma, donde el día 27 de noviembre les recibió el Papa Francisco, «comunicándonos su larga experiencia de pastor de Buenos Aires, un conjunto urbano que incluye 11 diócesis y 13 millones de habitantes», cuenta el cardenal Martínez Sistach en su última carta semana..

«En la audiencia, de casi una hora de duración, Francisco nos hizo un diseño de cómo ve él la Iglesia en una gran ciudad. Lo primero que pide a esta Iglesia es un cambio de mentalidad, una conversión a una actividad evangelizadora que dialogue con la multiculturalidad de la gran ciudad, que no tema el pluralismo y el hecho de que el mensaje de la Iglesia ya no sea el único referente cultural de la ciudad y a menudo tampoco sea el más escuchado».

El Papa –añade el arzobispo de Barcelona– pide «una Iglesia sensible a la religiosidad del pueblo», «una iglesia en salida, que no espera sólo que las personas vengan, sino que sale al encuentro de todos»; «una Iglesia samaritana, que quiere estar en medio de la ciudad, al servicio de todos y sobre todo de los más pobres y marginados, de los que más sufren».

Carta semanal del cardenal Lluís Martínez Sistach

Continuidad del Congreso de las Grandes Ciudades

Dos mensajes envió el papa Francisco al Congreso sobre Pastoral de las Grandes Ciudades. El primero fue un mensaje leído en el acto celebrado el 25 de noviembre pasado en la basílica de la Sagrada Familia; el segundo, el discurso espontáneo que nos dirigió a todos los que participamos en la segunda fase, a quienes nos recibió en audiencia el 27 de noviembre. Eran días muy intensos para el Santo Padre, con sus viajes al Parlamento Europeo dos días antes y a Turquía al día siguiente. Nos hizo un discurso muy suyo comunicándonos su larga experiencia de pastor de Buenos Aires, un conjunto urbano que incluye 11 diócesis y 13 millones de habitantes.

En la audiencia, de casi una hora de duración, Francisco nos hizo un diseño de cómo ve él la Iglesia en una gran ciudad. Lo primero que pide a esta Iglesia es un cambio de mentalidad, una conversión a una actividad evangelizadora que dialogue con la multiculturalidad de la gran ciudad, que no tema el pluralismo y el hecho de que el mensaje de la Iglesia ya no sea el único referente cultural de la ciudad y a menudo tampoco sea el más escuchado.

Pide también el papa Francisco una Iglesia sensible a la religiosidad del pueblo, con la lectura profunda que hace de este hecho la reflexión de las diócesis latinoamericanas, sobre todo en el documento de Aparecida, en el que el cardenal Bergoglio tuvo un papel muy destacado, ya que fue el jefe del grupo de redacción de este documento que resume el pensamiento de la última conferencia general de los obispos de América Latina y del Caribe.

Francisco contempla, en la gran ciudad, una iglesia en salida, que no espera sólo que las personas vengan, sino que sale al encuentro de todos, en la medida de sus posibilidades; una Iglesia samaritana –aludiendo a la famosa parábola del Evangelio– que quiere estar en medio de la ciudad, al servicio de todos y sobre todo de los más pobres y marginados, de los que más sufren.

En el mensaje papal que se leyó en la Sagrada Familia, dice el Papa: «Me alegro de los esfuerzos realizados y animo a todos a seguir reflexionando creativamente sobre la manera de afrontar la misión evangelizadora en los grandes núcleos urbanos, cada vez en mayor expansión». El Santo Padre nos invita a seguir trabajando en la pastoral de las grandes ciudades. En mi saludo del inicio de la audiencia hice referencia a este punto de su mensaje y le dije que tomábamos nota y que estábamos dispuestos a continuar. De eso se trata, que no sea un hecho aislado sino el inicio de un proceso. Tengo en este sentido dos previsiones: la constitución de una fundación que se dedique a fomentar el estudio de las grandes ciudades para ofrecer elementos y medios para la pastoral de las grandes concentraciones urbanas; y, en segundo lugar, la celebración este curso de una jornada diocesana dedicada sobre todo a ver cómo el contenido del Congreso y las enseñanzas que nos ha ofrecido el Papa nos interpelan como pastores –sacerdotes y laicos– de nuestra archidiócesis, que es eminentemente urbana.