El viajante. La venganza no calma el corazón del hombre - Alfa y Omega

El viajante. La venganza no calma el corazón del hombre

Juan Orellana
Escena de 'El viajante'
Un fotograma de El viajante. Foto: Golem

Finalmente fue esta la película que hace una semana se hizo con el Óscar a la mejor película extranjera. El director, iraní, no quiso asistir a Los Ángeles a recoger su segundo Óscar en protesta por la decisión de Trump de no admitir a los habitantes de su país. En Irán ha sido un éxito total de taquilla. En Cannes, ha recibido el premio al mejor actor y al mejor guion, escrito por el propio director.

El viajante trata del matrimonio Etesami. Emad (Shahab Hosseini) y Rana (Taraneh Alidoosti) son una joven pareja de actores que deben dejar su piso en el centro de Teherán a causa de unas obras que han dañado la estructura del edificio. Un amigo les busca un apartamento, antes ocupado por una prostituta. Un desagradable incidente relacionado con la anterior inquilina cambiará para siempre la vida de la joven pareja.

El realizador Asghar Farhadi revisita el tema en el que parece haberse especializado, las relaciones matrimoniales. En la también oscarizada Nader y Simin radiografiaba las consecuencias humanas de un proceso de separación, y en El pasado se indagaba en los conflictos latentes tras un divorcio.

Mucho más que un thriller

Pero ahora, en El viajante, el matrimonio protagonista se quiere y lleva bien, pero el citado suceso que irrumpe en su vida, después de sacar lo peor y lo mejor de ellos, amenaza con abrir una imprevista brecha entre ambos. Aparentemente el filme se puede entender como un thriller, pero es mucho más que eso. Supone un retrato crítico de cierta mentalidad masculina de la sociedad iraní. De hecho Emad representa el valor de cierta tradición en Irán, con ingredientes como una poco civilizada concepción del honor, el impulso de la venganza, un sentido muy machista de la humillación, una esclavitud al qué dirán… Pero por otra parte, especialmente gracias al maravilloso personaje de Rana, también se exaltan virtudes de la mujer, como la grandeza de corazón, la capacidad de perdón o la silenciosa abnegación.

Homenaje al teatro

La trama principal va entreverada con La muerte de un viajante, la obra de Arthur Miller que el matrimonio Etesami interpreta por las noches en una sala teatral. Nuestros personajes van contaminando a los de Arthur Miller con sus estados emocionales, llevándolos incluso a separarse de los textos originales. Aunque la obra de Miller no parece asemejarse mucho a la historia de los Etesami, lo cierto es que Farhadi reconoce algunos puntos comunes —Linda Loman se parece a Rana, en ambas fallece un vendedor— y sobre todo homenajea la que fue su primera vocación, la teatral. Desde el punto de vista cinematográfico, la puesta en escena recuerda mucho a sus anteriores filmes, con una cámara neorrealista que sigue con discreción los avatares de los personajes, como un testigo neutral que no quiere influir enfáticamente en las emociones del espectador. Una película intensa a la vez que sobria, que se dirige a partes iguales a la razón y al corazón. Y un premio merecido, aunque puedan haber pesado razones políticas en su concesión.

El viajante
Director:

Asghar Farhadi

País:

Irán

Año:

2016

Género:

Drama

Público:

+12 años

Cartel de 'El viajante'