«También deben ser comunidades misioneras» - Alfa y Omega

«También deben ser comunidades misioneras»

Ricardo Benjumea
Fernando Domingues, el 2 de marzo en El Escorial, con los trabajadores y voluntarios de OMP España. Foto: OMP

Dos dimensiones insistió particularmente en incorporar a la nueva Ratio sacerdotal el secretario general de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, la rama de las Obras Misionales Pontificias (OMP) dedicada a sostener desde Roma las vocaciones nativas en las Iglesias jóvenes. Por un lado, «la dimensión comunitaria». «El sacerdote diocesano tiene que ser un animador de comunidad, y para eso necesita una experiencia de vida en comunidad, algo que, de una forma u otra, debe trabajarse ya en el seminario», explica el misionero comboniano portugués Fernando Domingues.

El segundo aspecto es la dimensión misionera, y responde igualmente a «la visión del Papa Francisco de lo que debe ser la Iglesia hoy». «La misión es una dimensión esencial para todos los cristianos, pero mucho más para los sacerdotes». Y aunque en el futuro será obligatorio estudiar al menos un curso de misionología, no basta. «Esto no se trabaja haciendo de los seminarios solo escuelas de filosofía o de teología. Tienen que ser comunidades misioneras». Lo cual supone «crear pequeñas oportunidades para que los aspirantes al sacerdocio experimenten la responsabilidad y la alegría de comunicar su fe a otros». También en la misión ad gentes, «en las Iglesias jóvenes», normalmente durante las vacaciones de verano, «para conocer cómo se anuncia en estos países el Evangelio», de modo que, «al regresar a sus Iglesias, podrán activar aquí esa misma dinámica».

Dentro de ese paquete, Domingues incluye el intercambio de seminaristas, lo que de paso ayuda a que la Iglesia afronte mejor el reto de las migraciones. «Necesitamos descubrir que esa presencia de personas de otras culturas no es una amenaza para nosotros, porque vienen a enriquecernos», afirma.

El secretario general de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol participó la pasada semana en El Escorial (Madrid) en un Encuentro de Formación para trabajadores y voluntarios de Obras Misionales Pontificias de España, las personas encargadas de la animación misionera desde España. Anastasio Gil, director nacional de las OMP, destaca «la contribución generosa de España con estas Iglesias. La coleta para la Jornada de Vocaciones Nativas de 2016 recaudó cerca de dos millones de euros, en su mayoría enviados a África. Gil pone el foco igualmente en las becas de estudio que, desde las diócesis españolas, se ofrecen a seminaristas de territorios de misión.

En esa línea, OMP ha habilitado un mecanismo por el que cualquiera, con una pequeña ayuda, puede contribuir a sostener la misión. «Muchos profesores y formadores de seminario en estos países no tienen medios de subsistencia, y para comer tienen que dedicarse a otras actividades, en lugar de preparar bien sus clases. A través de la página web de la institución, es posible encargar una Misa para que estos sacerdotes la ofrezcan por el benefactor, «y así les permitimos dedicarse exclusivamente a la formación de sus seminaristas». Anastasio Gil insiste, sin embargo, en dejar claro que la contribución es estrictamente voluntaria. «No comerciamos con Misas», advierte.