Francesc Riu, autor de Exhortación del Papa Francisco. La alegría del amor: «Francisco pide ayudar a todos en sus circunstancias» - Alfa y Omega

Francesc Riu, autor de Exhortación del Papa Francisco. La alegría del amor: «Francisco pide ayudar a todos en sus circunstancias»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Juan Luis Vázquez

¿Cuál es la clave de Amoris Laetitia?
El Papa muestra en este documento una sensibilidad extraordinaria, y una gran experiencia pastoral. Él se ha encontrado con situaciones irregulares, sabe lo que es una ruptura matrimonial, sabe lo que es el deseo de ser Iglesia y de no sentirse excomulgado, entre comillas.

Es un texto de una gran belleza, pero que para muchos deja algunas cosas en el aire. ¿Es continuidad, renovación, ruptura?
Ese es el tema de los periodistas [risas]. Amoris laetitia indica la manera de aplicar Evangelii gaudium al ámbito de la familia. Hoy hay muchos matrimonios canónicos que se rompieron, y cada uno de los antiguos cónyuges formalizó un nuevo matrimonio civil, distinto del canónico. Son gente en muchos casos con hijos, incluso con hijos de los dos matrimonios. Hay situaciones extraordinariamente complejas. ¿Qué conocimiento tenían del matrimonio canónico cuando se casaron? ¿Sabían que era un sacramento? ¿Sabían que era indisoluble? Muchos no pueden separarse ahora, porque están los hijos. ¿Qué hacemos? En algunos casos, voluntad de cometer un pecado grave, con conocimiento cierto de lo suponía…, ¿la hubo?

¿No sería mejor emplear las energías en preparar bien a los novios? El Papa ha hablado en varias ocasiones en realizar un catecumenado prematrimonial, algo más que un cursillo de fin de semana…
Claro que sí. Debemos dedicarnos mucho más a prevenir que a sanar. Pero cuando llegan las situaciones difíciles, el Papa pide tener en cuenta tres principios: la gradualidad, el discernimiento personal y pastoral, y el acompañamiento e integración. Aquí es donde el Papa pone el acento. Caso por caso. La doctrina es la de siempre, pero ¿cómo aplicamos esta doctrina en una situación particular compleja? Los esposos forman parte de la Iglesia, están bautizados. Hay circunstancias atenuantes que permiten pensar que el matrimonio inicial quizá no fue válido. El Papa dice que en algunos casos hay que pensar que esas personas quizá no cometieron un pecado grave, que objetivamente lo es, pero subjetivamente puede no serlo, porque no se dieron las condiciones necesarias. ¿Y quién soy yo para condenar a una persona así para toda la vida e impedirle que participe en la vida de la Iglesia?

Hay muchas formas de estar en la Iglesia sin recibir los sacramentos…
Un sacerdote me dijo una vez. «Yo no lo puedo absolver». Yo le dije: «Un penitente viene arrepentido al confesionario, ¿y tú no le puedes absolver?». «Es que antes no era así…», me decía. Ah, claro, es que antes no era así…

¿Entonces ahora sí que han cambiado cosas?
Es la práctica lo que ha cambiado. No la norma. La doctrina sigue siendo la misma. El Papa pide tener en cuenta la situación de esas personas y ver cómo los podemos ayudar. Y nos recuerda que el sacramento de la Eucaristía no es un premio para los perfectos, sino también un remedio para los débiles.

¿Y las condiciones de la Penitencia para poder acceder a la Eucaristía?
Para que haya un pecado grave se deben reunir todas las condiciones necesarias. Y subrayo: todas. Pero, si has cometido un pecado grave, ¿quién dice que ese pecado no puede ser perdonado? El aborto, por ejemplo, es un pecado grave y puede ser perdonado.

Disculpe que insista un poco más: ¿no debe haber también un propósito de enmienda? Si sigo conviviendo con una mujer que no es la mía…
La solución pastoral que dio la Familiaris consortio es seguir conviviendo sin tener relaciones sexuales. Pero el Papa reconoce que eso a veces es pedir lo imposible. Y en último término, si cayeran, ahí está el sacramento del perdón.

¿Con esto no se introduce el divorcio en la Iglesia, el poder acceder a los sacramentos aun sin sentencia de nulidad?
No, no. Hace falta un discernimiento. Hay que ver qué circunstancias ha vivido cada persona, y ver hasta dónde puede llegar la misericordia. ¿Cuándo se acaba la misericordia? Nunca. Siempre tendrás al Señor con la mano tendida aunque hayas caído, pero tú te esforzarás por levantarte. La doctrina es la misma. ¿Qué cambia? La atención pastoral a una persona que se encuentra en una situación irregular. Esta es la novedad. Amoris laetitia no es un documento de carácter jurídico, sino pastoral. El Papa no ha abolido la doctrina, pero no sería evangélica una aplicación fría de la norma que no tuviera en cuenta a las personas concretas.

¿No hay riesgo entonces de que haya aplicaciones que excedan la simple praxis pastoral para contradecir la norma?
La pastoral no puede contradecir el magisterio. En ningún caso.