Las carmelitas descalzas de Ronda que custodian la mano incorrupta de santa Teresa –la reliquia que, durante la Guerra Civil, se llevó consigo Franco a modo de “préstamo”– nos desvelan la historia de su comunidad… y la receta de una
«¡El mandazi está buenísimo, sobre todo recién hecho, calentito, y si lo mojas en chocolate ya ni hablamos!», exclama sor Inmaculada con su profundo acento extremeño, pero con la mirada –y el estómago– conectados con Kenia, el país de procedencia
«Dice sor María Isabel que os demos la receta de las pastas de almendra, que es la que hacemos desde hace más años en casa. Siempre teníamos una cajita para regalar», explica la superiora del Monasterio de Nuestra Señora del
Sor Inmaculada es una de las monjas mayores, de las que más sabe sobre el convento de la Purísima Concepción, levantado en la localidad sevillana de Marchena en 1631. «Disfruto cuando tengo que hablar de nuestra historia», dice orgullosa. Lleva
«Hacemos los chilaquiles para las mayores sin guindilla, porque pican mucho. Aunque hay una de ellas que se atreve, y luego anda con los labios rojillos toda la tarde», bromea sor Gemma Oliva, mexicana y superiora del convento de San
«Las hermanas sufrieron amenazas constantes, hasta tener que abandonar de nuevo el monasterio. Algunas religiosas pudieron reunirse con sus familiares, pero otras se refugiaron en casa de unos parientes, que se fueron de su hogar para que vivieran en comunidad,
«La madre de la abadesa cuando viene a vernos me pide que haga la empanada de manzana», cuenta orgullosa sor Pilar, repostera impertérrita del monasterio. Cuando en lugar de hospedería, las benedictinas de San Pelayo tenían –hace 50 años– una
No es una foto de un bodegón del siglo XVII, ni tampoco está escondida en una esquina la vieja especialista en freír huevos, retratada por Velázquez en 1618, aunque bien pueda parecer el mismo escenario. Algo lógico, puesto que datan
Quien haya pasado por Extremadura y no haya probado unas perrunillas se pierde uno de los postres clave de la gastronomía local. Y ojo, no es porque lo diga mi madre, extremeña de pro y fan de este dulce, sino
Monjas cistercienses calatravas de Moralzarzal (Madrid) «Antes hacíamos trabajos informáticos, pero se nos acabaron los encargos y hemos empezado a hacer dulces para sobrevivir», reconoce sor Crescenta, la madre abadesa del monasterio de monjas cistercienses calatravas de Moralzarzal, en Madrid.
«¡Esta hermana nuestra nos hace pecar de gula!», exclama sor Mónica. Es la priora, aunque todas la llaman hermana en vez de madre porque «pega más» –es la más joven del monasterio–. Ha elegido como receta las torrijas de una
«Es el plato estrella cada vez que vienen los curas y el obispo al monasterio». El truco es que no es patrimonio de los habitantes de intramuros, sino de la madre de Jesús, uno de los clérigos. «Estaba en silla
El «Pastel de cierva» es una receta del siglo XIX y nos la presentan las cuatro dominicas de Almagro. Era uno de sus platos estrella, aunque ahora han cambiado el salado por el dulce, que vende más. Y es que
«Ya sé que es una receta sencilla, pero es que la vida monástica es así», explica la hermana Paula, risueña. Es una de las nueve monjas que habitan el monasterio cisterciense de Armenteira, una edificación cuyos cimientos se remontan al