Cañizares y Omella: «Hay que desmontar los populismos» - Alfa y Omega

Cañizares y Omella: «Hay que desmontar los populismos»

En el marco de un encuentro en Barcelona organizado por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa sobre el acompañamiento de los jóvenes animan a poner «transparencia, verdad y solidaridad»

Fran Otero
Primera jornada del Simposio. Foto: Fran Otero

El tema del simposio que ha empezado este martes en Barcelona es el acompañamiento de los jóvenes; un encuentro que tiene como contexto una Europa –está organizado por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE)– que parece mostrar debilidad, amenazada por los populismos que la quieren dividir y que puede seducir a tantos jóvenes. Y, precisamente esto, ha tenido un peso especial en las intervenciones de la primera jornada.

Ya lo habían advertido el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westmister y vicepresidente de la CCEE; el cardenal arzobispo de Valencia y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio Cañizares, y el anfitrión, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, en un breve encuentro con la prensa antes de comenzar el simposio cuando se refirieron a la necesidad de «desmontar la falsedad de los populismos», en palabras de Cañizares. Omella añadió que es necesario desmontar el ambiente de mentira y corrupción en la sociedad, es decir, apostar por la «transparencia, la verdad y la solidaridad para desmontar populismos». Nichols quiso centrarlo en los dirigentes políticos y dijo que «si el liderazgo está basado apelar al miedo no es bueno y no se debe creer». «Un buen liderazgo siempre apelará a lo mejor de nosotros, no a lo peor».

También el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la CCEE se refirió en el mensaje que envió para la apertura –se unirá al simposio este jueves– al futuro y los desafíos que enfrenta Europa. «Caminar juntos es posible y es más hermoso. Es también necesario en un mundo siempre más globalizado donde dividirnos significa emprender un camino. Esto vale también para la Unión Europea que debe mirar hacia delante con confianza y seriedad, considerando también las dificultades del presente. Esto vale también para todos los componentes del continente, comenzando por los jóvenes, que son el futuro de la vida», señaló.

Más centrado en la cuestión juvenil y al tema concreto del simposio, Omella dijo en la presentación que la Iglesia se enfrenta al desafío del acompañamiento, que no es otra cosa que «ser capacies de ayudar a extraer de cada uno de los que acompañamos lo mejor de ellos, ayudándoles a descubrir el misterio del que son portadores e iniciándoles en el arte del discernimiento de la voluntad de Dios». En este sentido, hizo tres propuesta: la de caminar en un diálogo sincero, «lo cual implica estar abiertos a nuevos horizones, propuestas y caminos por explorar, y a la búsqueda de las buenas práticas»; que el diálogo lleve a propuestas concretas; y que el diálogo se lleve a cabo bajo la guía y orientación del Espirítu Santo.

Por su parte, Cañizares ha puesto de manifiesto que la Iglesia no tiene más que ofrecer a los jóvenes que a Cristo y que es en ella donde lo pueden encontrar. «Ellos han de descubrir que ¡vale la pena ser Iglesia, sí, vale la pena!. Han de percibir que los queremos y que en ellos confiamos, que la Iglesia los acoge los quiere, que confía en ellos y en ella tienen su hogar. Necesitan escuchar y experimentar nuestro jóvenes que van a configurar el mundo del nuevo milenio! Que son esperanza de nuestro mundo, esperanza de la Iglesia!, que en ellos se dan logros y valores que denotan que Cristo no está lejos de ellos; que tal vez no lo conocen bastante, pero que lo aman, lo buscan como a tientas, quizá incluso por caminos errados, pero la verdad es que lo buscan, que lo necesitan. Les han tocado tiempos difíciles a los jóvenes», apuntó.

En este sentido, Nichols recordó que la experiencia de la mayoría de jóvenes en Europa «no es fácil ni estable ni confortable». En concreto, citó a los jóvenes que llegan del Este.

Al congreso llegó de manera inesperada un mensaje del Papa Francisco a través del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, en el que le alentó a la reflexión sobre los retos de la evangelización y el acompañamiento de los jóvenes para que «sean portadores convencidos de la alegría del Evangelio a todos los ambientes».

El encuentro, que tiene el lema «Acompañar a los jóvenes a responder libremente a la llamada de Cristo y que se extenderá hasta el viernes, reúne a 275 especialistas de pastoral juvenil, escolar, universitaria, vocacional y catequética de conferencias episcopales del viejo continente, incluidos 32 obispos, de los que 4 son cardenales.