Hay vocación. Falta educación - Alfa y Omega

Hay vocación. Falta educación

El domingo se celebra en España la Jornada misionera de Vocaciones Nativas, para ayudarnos a valorar y amar las vocaciones a la vida consagrada y al sacerdocio en los territorios de misión, lugares llenos de carisma. De hecho, las Iglesias jóvenes, donde los primeros bautismos han tenido lugar hace menos de un siglo, son las que más espíritu misionero tienen; pero necesitan mejorar la formación para construir raíces sólidas

Cristina Sánchez Aguilar
Seminaristas de San Luis Beltrán, en Bogotá (Colombia)

Héctor Manuel Rincón ya es diácono: «Quiero compartir con ustedes esta alegría que me invade. Gracias a sus aportaciones, personas con dificultades económicas, como yo, podemos llevar a feliz término el sueño de seguir el ejemplo de Jesús». Héctor Manuel, que se ha formado para el sacerdocio en el Seminario Intermisional San Luis Beltrán, de Colombia, ahora va a desempeñar su apostolado en el Departamento del Casanare, en la parte oriental del país, una de las zonas más castigadas por la pobreza y la violencia de grupos armados. Otra característica de la zona, sobre todo del Vicariato Apostólico de Trinidad, donde trabajará Héctor Manuel, es la proliferación de sectas: «Es necesario impregnar en Casanare los valores del Evangelio, no sin gran esfuerzo».

El seminario San Luis Beltrán, de Bogotá, tiene una gran responsabilidad: formar sacerdotes para la misión. Muchos jóvenes sienten la llamada a seguir a Cristo, pero en multitud de ocasiones no encuentran un lugar adecuado donde desarrollar esa vocación. Como cuenta Francisco Javier Bolaños, también seminarista en San Luis Beltrán, «los conocimientos me están brindando la oportunidad de poder guiar mejor mi proceso de maduración». Este proceso será fundamental para cuando Francisco Javier sea sacerdote: sólo así podrá transmitir la fe de forma adecuada.

En San Luis se forman seminaristas de los más de 10 territorios de misión de Colombia. Se creó en 1959, y Obras Misionales Pontificias, desde la Obra San Pedro Apóstol -que se encarga de financiar a las jóvenes Iglesias para asegurar una buena formación a los futuros sacerdotes, religiosos y religiosas-, no ha dejado de ayudarlos. Cinco obispos han estudiado en él y, ahora, más de 80 jóvenes se preparan para el sacerdocio.

Seminario de Burundi

Otro de los proyectos de la Obra de San Pedro Apóstol en el año 2010 -realizados con la recaudación en España, que ascendió a más de dos millones de euros- ha sido la reconstrucción del nuevo seminario de Buta, en Burundi. El 30 de abril de 1997 -ahora hace 14 años, época de masacres étnicas entre hutus y tutsis-, rebeldes del Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia (CNDD) atacaron el seminario y asesinaron a 40 seminaristas de entre 15 y 20 años.

Los asesinos pidieron a los seminaristas que se separasen entre hutus y tutsis. Como se negaron, los mataron a todos y destruyeron el edificio. Ahora, la Conferencia Episcopal de Burundi ha querido construir en este mismo lugar un nuevo seminario que acoja seminaristas de todo el país, dado el gran número de vocaciones y la masificación que están sufriendo los que ya existen. Será, además de una oportunidad para que no se pierda ni uno solo de estos pequeños, un homenaje a los 40 seminaristas que perdieron su vida por no traicionar a sus hermanos de otra etnia.

Aportación de los fieles de España en la Jornada de 2010

Hay que compartir lo que uno recibe

Jan Dumon, Secretario General de la Obra San Pedro Apóstol, recuerda la importancia de sostener económicamente estas tierras de misión, de cara, especialmente, a la formación de los futuros evangelizadores: «Ser misionero no tiene nada que ver con un vendedor que vende su mercancía, o un propagandista que intenta convencer a los otros de sus ideas. El misionero, como el mismo Jesús, no hace otra cosa que compartir aquello que él mismo ha recibido». Y recuerda que la evangelización no se realiza, en un primer momento, «con acciones sistemáticas, sino que es, sobre todo, una presencia auténtica. Yo no puedo contar a los otros la historia de Dios con los hombres si ésta no se ha convertido en mi historia personal».

Gracias a la Obra San Pedro Apóstol, las tierras de misión cuentan, cada vez más, con sacerdotes y religiosos formados. Incluso, numerosas congregaciones fundadas en países de larga tradición católica tienen, en la actualidad, miembros de Iglesias más jóvenes, y muchos sacerdotes diocesanos de tierras de misión salen hacia otras naciones donde faltan presbíteros, incluso en Europa. Pero todavía queda un largo camino por recorrer. Más información, en Obras Misionales Pontificias, en el teléfono 91 590 27 80.