13TV estrena la nueva temporada de Misioneros por el mundo - Alfa y Omega

13TV estrena la nueva temporada de Misioneros por el mundo

13TV estrena este viernes, 14 de septiembre, a las 22:00 horas, una nueva temporada de Misioneros por el mundo con varias novedades. El programa cambia su día de emisión del jueves al viernes y, además, su periodicidad. A partir de esta semana, será quincenal compartiendo día y horario con Al Descubierto, espacio presentado y dirigido por Inmaculada Galván

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Las cámaras de Misioneros por el mundo ponen rumbo en esta nueva temporada a destinos tan singulares como Filipinas, Taiwán, Brasil y Venezuela. Nuestros reporteros han fijado sus objetivos esta semana en Manila, una gran urbe en la que más de un 23 por ciento de sus habitantes pasan hambre. Allí, la pobreza es extrema. Más de 200.000 personas sobreviven como pueden con un euro al día después de haber pasado toda la jornada hurgando en las basuras. En esta ocasión, nuestros micrófonos recogen los testimonios de cinco misioneros que trabajan en comedores sociales, hospitales, orfanatos, cárceles… de la ciudad para ayudarles a mejorar su calidad de vida.

Nuestros cinco protagonistas reconocen las duras condiciones de vida de buena parte de la población de Manila, pero todos ellos tienen en común la satisfacción por la labor que desarrollan y, más que nada, la respuesta que reciben de sus gentes. Pese a sus escasos medios y la pobreza que les rodea, siempre tienen una sonrisa en señal de agradecimiento.

Vida entre basuras

El padre Julio Cuesta, de la orden Pequeña Obra de la Divina Providencia, lleva 8 años en Filipinas. Él nos muestra cómo sobreviven los habitantes de Payatas, un barrio de Metro Manila convertido en un auténtico basurero. Más de 200.000 personas rebuscan diariamente durante horas entre los desperdicios para sacar menos de un euro al día. La mayor parte de los niños del barrio están desnutridos. Los gases tóxicos que desprenden los residuos provocan enfermedades respiratorias y la falta de higiene propaga la tuberculosis.

El padre Julio ayuda en ocho comedores infantiles, una clínica para tuberculosos y varias escuelas fundadas por su congregación para mejorar la vida de los habitantes del barrio y, al mismo tiempo, dirige un Cottolengo, una institución para niños con discapacidad psíquica y física, huérfanos, abandonados en la calle u hospitales.

Una deportista de élite convertida en misionera

La hermana Mapi Rodríguez aterrizó en Manila hace menos de un año y nos revela una historia muy curiosa. En el año 94 se proclamó campeona de España de Saltos de Trampolín, pero su vida no le “llenaba”. Entonces decidió convertirse en misionera y ahora colabora en Baseco, uno de los barrios más pobres de Manila, para ayudar a personas mayores y niños a cubrir sus necesidades básicas. Y, sobre todo, ofrecerles mucho cariño.

Las viviendas-cementerio

La hermana Tere Nogué, misionera catalana de Cristo Jesús, nos muestra cómo viven muchas personas en cementerios. Miles de familias convierten los panteones en sus viviendas debido a los problemas que encuentran los sectores más desfavorecidos de la población para acceder a una casa. El alquiler de una chabola, una casa ilegal de pura chapa, puede llegar a valer 60 euros al mes. Muchos filipinos no disponen de ese dinero y como el clima es muy suave, deciden ocupar sus tumbas. La hermana Tere nos enseña el cementerio de Makati, uno de los barrios más lujosos de Manila. Allí, una familia nos enseña su mausoleo. Tienen televisión y los “cacharros” que utilizan para comer. También hay zonas comunes para lavar la ropa o para divertirse jugando al bingo o a las cartas.

La cara más dura de la miseria

La hermana Ángeles Guerra, de la orden de Las Siervas de María, vive en Filipinas desde hace seis años y, probablemente, es la encargada de presentarnos el rostro más crudo de la realidad que vive esta gran urbe.

La tuberculosis es uno de los grandes problemas de salud en Filipinas debido a la falta de higiene. Cada año hay más de 250.000 casos nuevos. Los filipinos no acuden a los centros de salud porque no pueden costear su pago. Si necesitan cualquier tratamiento, tienen que pagar todo el material, hasta las gasas y el algodón. Por eso, los pobres deciden morir en sus casas, resignados ante su destino. La hermana Ángeles ayuda a estas personas y vive realidades muy duras como la de Crispín, un hombre con un cáncer de garganta que está tan débil que no puede salir de su casa, un agujero de 10 metros.

Ancianas con dotes artísticas

Muchos filipinos, desesperados ante la situación de pobreza y la falta de trabajo, deciden buscar fortuna fuera del país. El padre Jesús Prol, dominico y residente en el país desde hace cuatro décadas, nos habla de todas esas familias que acaban rotas por culpa de la miseria. También nos presenta a la hermana Celia Fociños, la directora de una residencia de ancianas que los padres dominicos ayudaron a construir. Estas señoras mayores están muy agradecidas con el trato que reciben de las hermanas y encantadas de enseñar sus dotes artísticas al programa Misioneros por el Mundo.