Decálogo del turista cristiano - Alfa y Omega

Decálogo del turista cristiano

Monseñor Francesc Pardo, obispo de Gerona, recoge en una carta pastoral el decálogo del turista cristiano, «unas pautas» que ayuden a vivir a los cristianos estos días de vacaciones de la mejor manera posible, cuidando a Dios, a los demás y a la naturales. Dice así:

Francesc Pardo Artigas

Estamos en época de vacaciones -teóricamente-, ya que son muchos los que no pueden hacerlas a causa de la actual situación económica. Otros trabajáis más que nunca, atendiendo vuestros negocios, al servicio de los turistas que nos visitan y de los que están de vacaciones. Pero es posible que al menos unos días o durante algunas horas, sí podamos ser turistas, en destinos cercanos. También puede ser una buena ocasión para conocer mejor el propio país, el entorno más cercano, las persones que viven en él y adentrarnos en el tesoro cultural de nuestro patrimonio.

Pensando en los cristianos turistas, se confeccionó un decálogo -unas pautas- con la intención de ayudarlos a vivir estos días. Se ha reproducido en diversos obispados de todo el mundo y, por ello, me ha parecido oportuno dejar constancia de él en esta reflexión.

El decálogo:

1 – Respeta la naturaleza. No la maltrates dejando residuos, dañando la flora o maltratando la fauna y sus espacios vitales, En la playa, la montaña, el campo, ejerce la contemplación y descubre la primera carta de amor que Dios te ha enviado.

2 – Durante las vacaciones no te avergüences de ser cristiano. Sin hacer propaganda, se capaz de dar razón de tu fe y de tu esperanza, si es necesario.

3 – Jesús no hace vacaciones y quiere acompañarte en las tuyas. Por ello, participa en la Eucaristía del domingo, estén donde estés. Cuando entres en una iglesia, no te limites a contemplar su belleza o patrimonio. Busca un momento de plegaria, de comunicación personal con el Señor.

4 – Las vacaciones o los días de fiesta lo son de toda la familia. Dialoga, juega, pásatelo bien con la familia, sin prisas. Sobretodo, busca momentos para escuchar i hablar, ya que con frecuencia el ritmo ordinario no lo favorece.

5 – Pon atención a tu vida y a la vida de los demás. La vida es un gran don de Dios. Evita riesgos innecesarios y sé prudente.

6 – Valora la amistad. Tienes una buena ocasión para compartir con otras personas pensamientos, opiniones, gustos, distracciones. Estrecha la amistad con los amigos y, si tienes oportunidad, haz nuevas amistades.

7 – Recuerda siempre que otros trabajan muchas horas para que tú puedas vivir estos días. Ellos también tienen sus derechos: respétalos. Sé agradecido, porque una sonrisa, un saber decir “gracias” con sinceridad, es con frecuencia la mejor recompensa.

8 – Descansa, pero deja que los demás también lo hagan. Piensa durante la noche que tú podrás levantarte tarde, mientras que otros lo harán muy temprano. Tienen derecho a su propio descanso, para que puedan trabajar en buenas condiciones y servir mejor a todos.

9 – Tiempo libre, tiempo de vacaciones, no significa que todo esté permitido. Recuerda tus compromisos, tu dignidad y la dignidad de toda persona, Recuerda los mandamientos.

10 – Vive la caridad y la solidaridad. Piensa en los que no tienen vacaciones, porque ni siquiera tienen el pan de cada día. La caridad no ha de estar de vacaciones.

Cada lector puede añadir aquellas pautas que considere importantes.

Buen viaje de regreso a vuestro lugar de residencia habitual, descansados de cuerpo y de espíritu para emprender una nueva etapa que ha de ser muy enriquecedora.