Fe auténtica, hecha vida personal y social, para superar la crisis - Alfa y Omega

Fe auténtica, hecha vida personal y social, para superar la crisis

El cardenal arzobispo de Madrid ha participado un año más en el curso de verano de la Universidad Rey Juan Carlos co-dirigido por el cardenal Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, este año con título Los católicos ante los retos y desafíos en la España de hoy. Ofrecemos un resumen, más la conferencia íntegra del cardenal Rouco, sobre El reto de la fe y el desafío de la nueva evangelización

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De izquierda a derecha: los cardenales Cañizares y Rouco, y don José Luis Sánchez, en la inauguración del curso. Foto: Fundación Universitaria Rey Juan Carlos.

En su conferencia, el Cardenal Arzobispo de Madrid recordó que fe y nueva evangelización figuran entre «los retos y desafíos con los que se enfrentan los católicos en la España de hoy», ya que, a los católicos, «les incumbe una especial y singular responsabilidad de cara al presente y futuro de España en todos los aspectos que conciernen a la vida de las personas y de la sociedad». «La crisis extraordinariamente compleja y sumamente dolorosa que afecta, en lo más íntimo y lo más exterior de la existencia de sus ciudadanos, de sus familias y de la comunidad misma, agrava la necesidad de asumir esta responsabilidad, privada y públicamente, con la lucidez y la generosidad propias del cristiano que confiesa, profesa y vive la fe en la comunión católica de la Iglesia».

En este contexto, explicó que «creer es un reto intelectual para la razón y un reto existencial que atañe no sólo a la voluntad libre, sino a todo el hombre en lo más íntimo de su ser». Sin embargo, «el individualismo hace difícil poder creer de verdad en Dios y vivir la fe verdadera en toda su plenitud». «La fe presupone deponer la soberbia de la razón, superar la debilidad moral y espiritual de la voluntad frente a las seducciones del mundo y de la carne, vencer el egoísmo, rindiendo el corazón a la cercanía del Amor auténtico». Así, «el reto que plantea la fe», en «el contexto existente en la sociedad española, sólo se comprenderá y abordará fructuosamente si se acepta con realismo la perspectiva de la interacción cultural y social de lo europeo y de lo típicamente español, que configura a ojos vista la vida diaria de los españoles, más concretamente, la de los católicos españoles». «Qué difícil resulta creer, más aún, qué imposible se hace creer cuando se apodera de la conciencia de las personas, de las familias y de la sociedad, el ideal del súper hombre», manifestó.

Para el Cardenal, «el relativismo filosófico y ético, ignorante y negador de toda concepción metafísica del ser humano y de todo lo real, agudiza intelectual y existencialmente al maximum el reto de la fe para la Europa de antiguas raíces cristianas y, por supuesto, para el católico español, deudor de una historia cultural, fecunda, genial y universal en sus frutos, nacida y alimentada en la fuente de la fe en Jesucristo». Por eso, «no es posible superar la crisis histórica en la que estamos inmersos sin una vuelta en la España de hoy a la frescura humana y espiritual de la fe auténtica, profesada y hecha vida personal y social».

Subrayó que «evangelizar ha sido siempre para la Iglesia su primer desafío. Hacerse cargo de este desafío en España, en este momento tan crítico en el que se encuentra tanto Europa en su conjunto, como ella misma, resulta fundamental y urgente tarea para la Iglesia y para sus hijos en España: los católicos españoles». Así, «no hay respuesta a la crisis si no asumimos el desafío de la evangelización en toda su verdad y exigencias para la vida interior, apostólica y pastoral de la Iglesia, derivada de la exigencia histórica, en el que vivimos».

«El primer desafío para la evangelización, ha dicho, es el de su recta concepción teológica y el de evitar y superar todo intento de su manipulación y utilización ideológica al servicio de fines y objetivos netamente temporales, sean cuales sean y sea cual sea la intención que la inspira y guía: socio-económica, política, cultural». Y el segundo «el método de su realización, que debe de aunar el testimonio de vida, con la palabra de vida». «La evangelización en la España actual ha de contar con un doble desafío: con el de una cultura muy influenciada por el pensamiento agnóstico y relativista, y con el de estilos sociales de vida donde impera como criterio dominante el vivir y comportarse como si Dios no existiera».

«Un tercer desafío sería el desconocimiento deliberado de los siglos y acontecimientos más relevantes de nuestra propia historia, espiritual y culturalmente conducida e inspirada por la profesión de la fe católica, profesada unánimemente por la práctica totalidad de los españoles».

En su intervención, señaló que «los católicos españoles y sus familias, vienen prestando ya, a través de un ejercicio cada vez más entregado y sacrificado del amor a Dios y al prójimo, un servicio precioso e impagable humanamente al hombre y a las familias gravemente necesitadas en el cuerpo y en el alma, y, por consiguiente, un servicio de fraternidad a la sociedad cuyos efectos evangelizadores sólo Dios conoce. Mantenerse firmes y siempre más desprendidos y generosos en esta dirección es el primer y fundamental requisito para asumir con esperanza victoriosa el desafío práctico de la nueva Evangelización».

«La presencia creyente y activa por la caridad de los católicos en la vida pública resulta igualmente imprescindible. Animarla y confortarla interior y exteriormente por el ideal del servicio desinteresado al bien de la dignidad de la persona humana, de las instituciones fundamentales que necesita para el desarrollo integral de sus derechos y valores esenciales, corporales y espirituales, como son, en primer lugar, el matrimonio contraído y vivido en la fidelidad del amor indisoluble entre el esposo y la esposa, fuente y fundamento insustituible de la familia, servicio sólo realizable cuando se aspira en toda ocasión al bien común, comprendido y asimilado por una actitud de desprendimiento y del sacrificio a favor de los demás, es la gran tarea que espera a los católicos españoles de la hora crítica presente. Sólo así serán capaces de afrontar con éxito espiritual y temporal el desafío de una nueva evangelización de sus pueblo, de su patria y de la sociedad española».

Todo ello, «con un presupuesto existencial previo: el de la propia conversión y renovación espiritual. Si dentro de las estructuras, actividades pastorales y propuestas y acciones evangelizadores de la Iglesia en España no se avanza con pasos firmes e irreversibles en la profundización espiritual de la experiencia de la fe, cuidada y vivida en la oración y en la adoración, les será imposible a los católicos españoles asumir en todas sus exigencias personales y comunitarias, con esperanza y perseverancia el desafío de la nueva Evangelización».

Concluyó afirmando que «en la renovación de la vida espiritual se encuentra la verdadera luz que nos permite enlazar con el camino de la mejor historia de la Iglesia en España: la historia de sus innumerables mártires y santos».

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