Los primeros mártires de la historia del Perú - Alfa y Omega

Los primeros mártires de la historia del Perú

El sacerdote italiano Sandro Dordi y los polacos Michal Tomaszek y Zbigniew Strazalkowski, que murieron a manos de terroristas de Sendero Luminoso, serán beatificados en agosto, según ha anunciado el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el cardenal Amato. Ésta es su historia:

José María Ballester Esquivias

Más de 23 años han tenido que esperar los fieles de Pariacoto, una aldea situada entre la sierra y la costa, en el departamento de Ancash, en el norte de Perú, para ver elevados a los altares a los sacerdotes Michal Tomaszek y Zbigniew Strazalkowski, asesinados en 1991 por los terroristas maoístas de Sendero Luminoso: hace unos días el Papa autorizó declararles mártires de la Iglesia.

El decreto pontificio también se hace extensivo a al sacerdote italiano Sandro Dordi, que también fue fusilado en la misma región por la banda terrorista que encabezaba Abimael Gúzmán. Según el Vaticano, los tres fueron asesinados en el Perú «por odio a la fe el 9 y el 25 de agosto de 1991».

A inicios de ese año, monseñor Luis Bambarén, en ese entonces obispo de Chimbote, había sido amenazado por Sendero Luminoso.

«Si no renuncia, empezaremos a matar dos sacerdotes por semana», le advirtieron los senderistas. Monseñor recibía escritos y leía pintas rojas en las paredes de las casas. Sabía del riesgo que se avecinaba, por lo que no dudó en convocar a los padres de todas las parroquias que estaban a su cargo.

«Les doy libertad para que puedan alejarse de sus zonas: pueden retirarse a Lima o a sus países», les dijo el obispo; pero ninguno abandonó su misión. Michael Tomaszek, Zbigniew Strazalkowski y Alessandro Dordi no cedieron al chantaje.

El domingo 25 de agosto de 1991, el padre Sandro regresaba al distrito de Santa en su camioneta tras oficiar una misa en la comunidad de Vinzos. Estaba junto a los seminaristas Gilberto Ávalos y Orlando Orué. Al llegar a la zona de Pampas Vinzos se detuvieron: unos enormes pedruscos bloquearon su paso. Y surgieron los terroristas.

El cura fue interceptado por dos sujetos encapuchados al descender del vehículo. Uno portaba una escopeta y el otro una pistola. Los seminaristas recuerdan que el padre les pidió que dejaran libres a sus acompañantes. Fueron llevados entre la vegetación y a los pocos minutos se oyeron tres disparos.

Bajo esas acusaciones y otras como «impedir que el mensaje de la lucha armada sea acogido por los jóvenes», fue como condenaron a muerte a Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, que vivían en Pariacoto. Sucedió el viernes 9 de agosto de ese mismo año. A los dos los sacaron de la parroquia Señor de Mayo, donde descansan sus restos, para quitarles la vida.