Sanear las cloacas digitales - Alfa y Omega

Sanear las cloacas digitales

Desde hace ya varios años, el suicidio es la primera causa de muerte no natural entre adolescentes y jóvenes en España

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Foto: Pixabay

Gracias al desarrollo tecnológico, cualquiera tiene la posibilidad de compartir contenidos a través de las redes sociales, constata el Papa en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del próximo domingo. Esos contenidos configuran nuestras sociedades, afianzando o promoviendo valores y actitudes. El protagonismo no se limita a los profesionales del periodismo, sino que incluye a los usuarios de los medios, los nuevos y los tradicionales.

Especial preocupación suscita la exposición de los jóvenes a contenidos extremadamente perjudiciales para ellos. La proliferación de mensajes que banalizan o incluso hacen apología del suicidio es una de esas tendencias que deberían hacer saltar las alarmas. La sensación de anonimato de los usuarios de las nuevas tecnologías y el efecto llamada que producen conforman una peligrosa combinación de la que buena parte de la sociedad solo ahora empieza a tomar conciencia, pese a que desde hace ya varios años el suicidio es la primera causa de muerte no natural entre adolescentes y jóvenes en España. Los expertos coinciden en que es un error seguir considerando un tabú este tema y señalan la necesidad de poner en marcha estrategias y campañas de prevención. El anuncio el martes por parte de la Comunidad Valenciana de un plan pionero en España para la prevención del suicidio es una buena noticia. Pero sería necesaria además una decidida movilización social para erradicar, o limitar a la mínima expresión, los contenidos tóxicos en los medios y en las redes sociales. Estos canales de comunicación se han convertido demasiado a menudo en las cloacas por las que fluyen libre e impunemente todas las porquerías y mezquindades del alma humana. Y esto acaba pasando factura de muchas formas. Por eso es importante que todos tomemos conciencia. En nuestra doble condición de emisores y receptores, podemos contribuir a transformar esa realidad virtual que envuelve y condiciona de forma creciente la vida cotidiana de las personas. Negarse a ver o a compartir determinados contenidos es ya una forma de acción.