Viralizar la «conversión ecológica» - Alfa y Omega

Viralizar la «conversión ecológica»

Madrid acoge a mediados de junio el Seminario sobre ecología integral: desafíos y experiencias. Más que un acto académico se trata de la plataforma de lanzamiento para una nueva conciencia ecológica y de un estilo de trabajo en red que la CEE quiere que llegue a todos los rincones de la Iglesia

Redacción
Huertos ecológicos en la finca de la Escuela de Ingeniería Agrícola de Valladolid. Foto: INEA

En la parroquia de las Rosas, en el distrito madrileño de San Blas, un grupo de feligreses descubrió hace algo más de diez años en el comercio justo una forma concreta y realista para que cada vecino de este barrio obrero pudiera contribuir a cambiar el sistema económico mundial. «Si no tienes tiempo para más, al menos es importante no colaborar con la injusticia» y fomentar estilos de producción alternativos, dice Miguel Ángel García, uno de los responsables del proyecto. Lo que empezó como un pedido conjunto una vez al mes a establecimientos de comercio justo fue creciendo. En 2016 se pusieron en marcha talleres de concienciación ecológica que sirvieron para deshacer estereotipos como el de que «estas cosas están solo vinculadas a determinadas opciones políticas», cuenta García. De ahí terminó surgiendo todo un «itinerario de conversión ecológica». A comienzos de cada mes, se explica en Misa algún punto que va a trabajarse en las siguientes semanas, incidiendo en aspectos prácticos sobre los estilos de vida y en una espiritualidad contemplativa de la creación.

También los jesuitas de Valladolid se adelantaron a la encíclica Laudato si, en su caso mediante un proyecto que surgió en 2004 de la Escuela de Ingeniería Agrícola en colaboración con el ayuntamiento pucelano. Se habilitaron pequeñas parcelas como huertos ecológicos para personas mayores. Hoy existen 400, más otros 200 destinados a personas desempleadas, cuyos productos se comercializan a través de la cooperativa Come Sano. La idea sirve también para propagar los beneficios de la agricultura ecológica, destaca el director, Félix Revilla. «El cuidado de la casa común te lleva a preguntarte qué concepto tienes del mundo y cómo es tu relación con Dios», añade. Y promueve un tipo de economía alternativa a la «burguesa» con «relaciones humanas más plenas». Simultáneamente, los jesuitas de Valladolid organizan retiros sobre conversión ecológica y Pascuas ecológicas que profundizan en las propuestas de la Laudato si durante el triduo pascual.

Generar cambios profundos

Estas son dos de las iniciativas que va a proponer el Seminario sobre ecología integral: desafíos y experiencias, que se celebrará en Madrid los días 16 y 17 de junio en la Fundación Pablo VI. Uno de los principales objetivos es proponer «experiencias que puedan ser trasladables a otras diócesis» a nivel de parroquia, escuela, comunidad de vida contemplativa…, con la idea de que «puedan surgir nuevas iniciativas», adelanta el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Fernando Fuentes, que espera contar con la participación de una amplia representación de las diócesis y de las distintas realidades eclesiales en España.

Distribución de productos de comercio justo en la parroquia de Las Rosas. Foto: Miguel Ángel García

La intención última es que «la preocupación por la ecología, unida al compromiso social, como propone el Papa», llegue a todos los rincones de la Iglesia y de la sociedad, añade Fuentes. «La alarma por el cambio climático no basta. Eso estamos viendo que no genera cambios profundos, sino solo superficiales. Es necesario un cambio en los estilos de vida, una conversión», lo cual exige «fomentar una espiritualidad a partir de la contemplación de la creación como obra de Dios». «Eso sí cambia a la persona».

Fernando Fuentes subraya también las nuevas posibilidades de encuentro gracias a la Laudato si con otras religiones y grupos sociales que comparten las mismas preocupaciones por el futuro de la humanidad y del planeta, una línea que este seminario potenciará. Pero donde más se visibiliza la metodología del encuentro que promueve la encíclica de Francisco es en la propia colaboración intraeclesial. De entrada, además de Pastoral Social, organizan este seminario otras cuatro comisiones y departamentos de la Conferencia Episcopal (Migraciones, Relaciones Interconfesionales, Pastoral de Juventud y Pastoral de la Salud), junto a la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Cáritas, Manos Unidas, Justicia y Paz, Redes (ONG vinculadas a congregaciones religiosas), el Equipo de Ecología de la Compañía de Jesús, el Movimiento Católico Mundial por el Clima y varios expertos del mundo académico. Son los integrantes del llamado grupo de trabajo sobre Ecología Integral, puesto en marcha por la CEE en 2016 para promover una «ecología integral» impregnada de justicia social, en coordinación con el nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral erigido por el Papa.

Petición a los obispos

Algunas de estas organizaciones llevan trabajando ya juntas desde 2011 en la campaña Enlázate por la Justicia, inicialmente con el objetivo de fortalecer la presencia católica en la cooperación al desarrollo. Desde 2016, Enlázate está focalizada en la iniciativa Si cuidas el planeta, combates la pobreza.

Todo esto, según Fuentes, no solo «potencia los esfuerzos», sino que ofrece un «signo de comunión». El director del Secretariado de Pastoral Social confía en que esta forma de trabajar se traslade a las diócesis, si bien —matiza— «no necesariamente como estructura, sino en forma de experiencias e iniciativas». Lo importante es «que se cree esa dinámica», añade. «Si no, la preocupación por lo ecológico terminará quedándose en lo académico, en conferencias y charlas, y para eso no merecería la pena organizar un seminario como este».

A modo de recordatorio, el grupo de trabajo solicitará a la Conferencia Episcopal una nota o declaración de cara a la próxima Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, instituida por el Papa Francisco para cada 1 de septiembre.

María Martínez / Ricardo Benjumea