Después de Londres - Alfa y Omega

Después de Londres

Rosa Cuervas-Mons
Foto: AFP Photo/Justin Tallis

Hablemos de Londres, y de todo lo que pasa alrededor de Londres. Siete víctimas mortales (al cierre de esta edición, con varios heridos en estado crítico) tras un nuevo atentado islamista en el Reino Unido… Y van tres en los últimos dos meses.

En un fenómeno hace años impensable en Europa, resulta ahora arriesgado escribir el lunes sobre un atentado sabiendo que el jueves, cuando el lector reciba el periódico, puede no ser ya el último ataque.

El Viejo Continente se acostumbra trágicamente al terrorismo, como trágicamente acostumbrados están a este terror islamista cientos, miles de cristianos y musulmanes perseguidos en las zonas del mundo en las que impera el radicalismo yihadista.

Que nos conmueve más lo que tenemos más cerca es, además de evidente, humano. Y quizá sea esa cercanía la única que nos haga despertar, de una vez, contra una violencia que ya ha acabado con miles de vidas al otro lado del Mediterráneo y que se ha instalado, en este siglo XXI, en las calles de Europa. Un despertar no violento, sino realista. Un despertar que no renuncie a la paz, sino que esté dispuesto a trabajar, de verdad, por ella. Y esa verdad pasa por asumir, de una vez, que existe una violencia, un terrorismo fanático y salvaje, dispuesto a utilizar el nombre de Alá para matar a cuantos más, mejor.

Un despertar que reivindique que llamar a las cosas por su nombre –llamar yihadismo al yihadismo, por ejemplo– no es rendirse al odio, sino a la realidad. Un despertar que nos enfrente –más allá de discursos políticos, de frases estudiadas para ganar votos, de flores y de canciones tipo Imagine– a la tarea de construir un mundo más fuerte que el odio extremista. Y es para toda esta tarea, y para llevarla a cabo sin rendirse al odio o al deseo de venganza, para la que debemos hacer cadenas de oración. Cambiar el #PrayforLondon por el más amplio #PrayfortheWorld, porque es el mundo entero el que necesita paz, y porque los muertos en Mosul valen igual que los del London Bridge.

Rezar sí; actuar, también.