Cáritas Salamanca: el arte en la calle para construir comunidad - Alfa y Omega

Cáritas Salamanca: el arte en la calle para construir comunidad

Las Cáritas diocesanas aprovechan el Día de Caridad para sensibilizar sobre la cronificación de la pobreza y dar a conocer su labor

María Martínez López
Jardín móvil, dentro de la muestra Hacia lo común, de arte urbano y colaborativo, organizada por Cáritas Salamanca. Foto: Cáritas Salamanca

Durante las últimas semanas, los vecinos del número 3 de varias calles de Salamanca se han encontrado, en su puerta, un cartel que les invitaba a preguntarse por quienes viven en el mismo número de otra calle: ¿Qué soñarán? ¿Qué dificultades tendrán? También cuatro tiendas de la ciudad exhibían carteles parecidos. Esta propuesta del artista Miguel Poza es una de las obras de arte urbano y colaborativo que, bajo el lema Hacia lo común, se han visto en la ciudad del 3 al 18 de junio, como parte del Mes de la Caridad organizado por su Cáritas diocesana en torno al Corpus Christi.

La muestra «quería transmitir lo que hay detrás del lema del Día de Caridad de este año, Llamados a ser comunidad». Lo explica Belén Santamaría, responsable de concienciación de Cáritas Salamanca. Entre las obras también había esculturas de manos entrelazadas, siluetas humanas gigantes cerca de la plaza Mayor, o un pequeño jardín móvil que ha visitado distintos puntos de la ciudad.

Recurrir al arte para sensibilizar no es una novedad para Cáritas Salamanca. A lo largo del año, artistas de todo tipo ofrecen sus talentos para actuaciones benéficas y de concienciación. En 2016, por ejemplo, se realizaron tres conciertos, una obra de teatro preparada por mayores y un musical infantil. Así se recoge en la memoria anual de la entidad, que se presentó el 14 de junio.

Prioridad: los jóvenes

Otra prioridad de la Cáritas salmantina en el ámbito de la sensibilización es llegar a los más jóvenes. En 2016 visitó 16 centros escolares y realizó con 845 alumnos sus talleres. Intercultura2, el proyecto más joven, busca promover la acogida y eliminar los prejuicios hacia los inmigrantes. «Hay mucho que trabajar, porque los chicos absorben tal cual el abismo que estamos marcando entre nosotros» y quienes vienen de fuera, constata Santamaría.

El otro taller, Abre los Ojos, presenta a los alumnos de 4º de la ESO «la desigualdad en el mundo, y también la realidad social de Salamanca», con problemas como la falta de empleo para jóvenes con formación, el envejecimiento de la población, y el acceso a la vivienda, «muchas casas están vacías y, el año pasado, hubo más de un desahucio al día» en una provincia con menos de 340.000 habitantes. «A partir de ahí les contamos qué proyectos tiene Cáritas», explica la responsable de sensibilización. A los jóvenes que sientan gusanillo de ayudar, la entidad les ofrece un programa de prevoluntariado que, de forma progresiva, les va presentando e implicando en distintas formas de servir a los demás hasta que cumplen los 18 años. El año pasado, se incorporaron a él más de 70 chicos de 16 años.

La mejor del mundo

Como Cáritas Salamanca, todas las Cáritas diocesanas aprovechan el Día de Caridad para presentar la situación social en sus diócesis y rendir cuentas del trabajo que han desarrollado el año anterior. Según el expresidente de Caritas Internationalis, pueden estar orgullosas. Durante su intervención en el IX Congreso Teológico Pastoral celebrado el pasado fin de semana en Cáceres, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga afirmó que Cáritas en nuestro país «es la mejor del mundo. Cuando la mayor crisis golpeó España, Cáritas ofrecía un millón de comidas», gracias a un mayor compromiso de sus voluntarios. «Hay que seguir», agregó. Sobre todo, si se tiene en cuenta que, según reflejan las memorias diocesanas, los indicios de salida de la crisis no están llegando lo suficiente a las personas y familias en riesgo de exclusión.

Día de Caridad a 40 grados

La alerta amarilla por calor, con temperaturas que el 15 de junio alcanzaron los 40 grados, no impidió a los voluntarios de Cáritas Sevilla salir a las calles de la capital andaluza durante la fiesta del Corpus Christi, que en esta ciudad se celebró el jueves. «No lo hacemos con la intención principal de recaudar —explica Carmen Torres, coordinadora de Sensibilización de Cáritas Sevilla—. De hecho, al principio salíamos sin huchas, pero la gente quería aportar». De lo que se trata —explica— es de reivindicar que el Corpus «es también el Día de Caridad, nuestro día, y dar a conocer todo lo que hemos hecho». Por eso, los voluntarios distribuyen unos folletos que resumen la memoria anual de Cáritas, presentada unos días antes.

En 2016, Cáritas Sevilla atendió a 17.477 familias e invirtió 5,2 millones de euros, un 20,8 % más que el año anterior. La memoria también recoge cómo, aunque la situación económica ha mejorado, la pobreza se cronífica e intensifica, tanto entre desempleados (la tasa de paro en Sevilla es del 26,37 %, la quinta más alta de una ciudad) como entre personas con empleos precarios.

La presencia de los voluntarios en las calles permite a la entidad palpar de cerca la gran acogida que tiene su labor; algo que —añade Torres— comprueban también en la disponibilidad tanto de empresas como de medios de comunicación para colaborar con ellos.