Un preso libre entre rejas - Alfa y Omega

Van Thuân (1928-2001), obispo de Vietnam, estuvo preso en varias cárceles y en un campo de concentración durante 13 años, nueve de ellos en régimen de aislamiento. Sobre él ha escrito un libro Teresa Gutiérrez de Cabiedes presentado en Soto del Real hace unos días. Uno de los internos, Paco, en prisión desde hace cuatro años, impresionado por lo que tuvo que pasar este hombre, comentaba lo siguiente:

«Quiero agradecer a Dios que el padre Paulino haya hecho llegar a mis manos este libro, que me deja una enseñanza y una experiencia inolvidable en mi camino de vuelta a Dios, emprendido en estos años que llevo aquí. Puedo ver el esfuerzo físico y una impactante fuerza espiritual de confianza y fe en Dios a pesar de los duros momentos por los que pasó. Fuerzas que me ayudan a no derrumbarme cuando estos muros entre los que vivo quieren acabar conmigo. Su fe afianza mi fe cuando se tambalea porque no entiendo y me pregunto ¿dónde está Dios?

Mirando a este hombre, considerado peligroso por el régimen, cuya única arma era el rosario y su medicina el Cuerpo y la Sangre de Jesús; sometido al peor de los aislamientos en un sótano de tres metros cuadrados, sin ventana y con una respiración que daba a una alcantarilla; preocupado no por su salud, sino por la gente que necesitaba su ayuda, aprendo que la fe no puede achicar la montaña pero sí hacer más fácil su subida; que para un cristiano mediocre como yo, Dios es el único que me puede ayudar a vencer mi egoísmo y apego a las cosas materiales, y construir una libertad que verdaderamente me haga libre.

Viendo cómo confiaba en el poder de la oración y cómo en ella encontraba la fuerza para perdonar, me doy cuenta de que es posible amar a aquellos que me han empujado a tener que estar aquí. Hoy soy feliz porque en este hombre he encontrado la respuesta: Dios está dentro de mí y necesito muchas manos amigas que me ayuden a ser libre y feliz. Y esas manos son el capellán y los voluntarios, que me ayudan a darme cuenta que Dios me ama. Hoy me siento “libre entre rejas” como Van Thuân».