¡Queremos acoger ya! - Alfa y Omega

Conocí a Rabit hace unos meses. Lo trajo a nuestra casa otro amigo sin papeles que lo había encontrado en la calle, desorientado y sin saber dónde ir. Su mirada cargaba un sufrimiento insostenible y sus brazos quemaduras que, después supimos, eran las marcas de la tortura en su país de origen, Bangladés, por resistirse a la dictadura del partido que gobierna actualmente: la Liga Awami. Amenazado de muerte, se vio forzado a salir de su tierra y, en su largo éxodo, perdió a su familia y a sus dos hijos. Tras meses en el mar, sin agua y a la deriva, llegó a las costas italianas, con el infierno de Libia grabado en su memoria.

En Italia y buscando un vínculo al que agarrarse para poder tirar de su vida hacia adelante, telefoneó a un buen amigo de su infancia, que estaba en España y que le animó a venir. Tras unos meses en Vitoria, llegó a Madrid pensando que aquí sería más fácil agilizar los trámites de la solicitud de asilo. Rabit en su país era profesor. Ahora vende agua y latas por la calle.

Está aprendiendo español y, con el apoyo de un grupo de voluntarias, ha conseguido iniciar su procedimiento de asilo. Guarda su tarjeta roja como un tesoro y nos la enseña a cada rato, ingenuamente, como una victoria conseguida.

El 17 de junio fuimos juntos a la manifestación Queremos acoger ya, basta de excusas, no más barreras. Iba sosteniendo las pancartas en la cabecera y su timidez y pocas palabras habituales se tornaron en un grito persistente imposible de silenciar: «Queremos acogida y derechos humanos… que cierren los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y abran las fronteras».

Todavía resuena su grito en mi cabeza por las casi 17.000 personas refugiadas que el Gobierno español se comprometió a acoger y que permanecen hacinadas en cualquier campo de refugiados. Si los vecinos y vecinas de nuestro barrio podemos acoger cada día sin grandes medios, sin ningún apoyo, esto tiene que ser posible para quienes toman las decisiones políticas en nuestro país.

¡Queremos acoger y que vengan ya!