Cáritas se las ingenia para seguir ayudando en Venezuela - Alfa y Omega

Cáritas se las ingenia para seguir ayudando en Venezuela

Andrés Beltramo Álvarez
En la entrada de una parroquia de Catia, en Venezuela, se ofrece atención médica y se reparte sopa. Foto: Venancio Alcàzares Ccs

En la desesperada situación venezolana, otro territorio sumido en una grave crisis, Cáritas está presente en casi todo el territorio nacional y ofrece una tabla de salvación. Una red capilar a la cual, sin embargo, cada vez le resulta más complicado ayudar por la falta de bienes de primera necesidad.

La Conferencia Episcopal Venezolana ha insistido una y otra vez en la urgencia de abrir un corredor humanitario que permita el ingreso al país de aquellos productos que escasean en amplios sectores de la sociedad. Pero el Gobierno del presidente Nicolás Maduro rechaza con vehemencia que una medida como esa sea necesaria.

«El canal humanitario no pienso que esté en el orden del día, es complicado. El primer punto es que el Gobierno no quiere aceptar la existencia de una crisis humanitaria, entonces si no lo reconoce y no quiere reconocerlo es imposible actuar en manera consecuente. Hay gente que tiene hambre, que muere por falta de medicinas, pero el Gobierno ignora esto», explica Michel Roy.

De todas maneras, Cáritas sigue ayudando. Utiliza las estrategias más creativas para lograr la entrada en el país de los productos que más hacen falta a las personas. Sobre estos temas se guarda discreción para evitar que el Gobierno cancele este goteo humanitario. Así es como se logra abastecer, a marchas forzadas, a los grupos de apoyo presentes en todas las parroquias de Venezuela.

Al mismo tiempo, Cáritas ha reforzado su presencia en las fronteras, del lado colombiano y del lado brasileño. Y voluntarios en diversas localidades como Cucutá y Manaos organizan ayuda de primera necesidad que incluye comida. Muchas personas cruzan la frontera para saciar su hambre. «Pero dentro de Venezuela sigue siendo complicado, aunque existen pequeños caminos que permiten ayudar un poco. Lo que sería necesario es que el Gobierno reconozca que faltan muchas cosas y que abran las fronteras para permitir el paso. Vemos muy difícil la apertura del canal humanitario, porque el Gobierno está bloqueado y no quiere reconocer la situación», constata el secretario general de Caritas Internationalis.

Los esfuerzos han dados ciertos frutos. Como también la presión pública. Por eso Cáritas condujo en los últimos meses un estudio sobre la desnutrición en el país. Con resultados alarmantes, sobre todo entre los menores. Al respecto, Roy destaca que el Gobierno reconoció el informe como válido, aunque «no estaba muy contento» con los resultados. Y pondera: «Es un estudio real, que refleja la realidad de la situación y que permitió abrir algunas puertas, fuera y dentro de Venezuela». Un expediente que ya se encuentra en el escritorio del Papa Francisco.