Una caña o un café para favorecer el encuentro personal... - Alfa y Omega

Una caña o un café para favorecer el encuentro personal...

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Reunión del Consejo Ampliado del PDE el año pasado. Foto: Rodrigo Pinedo

Este sábado 1 de julio tiene lugar en el Seminario Conciliar la reunión anual del Consejo Ampliado del Plan Diocesano de Evangelización de Madrid, que reúne a los consejos Episcopal, Presbiteral y de Pastoral, así como a los delegados diocesanos, los arciprestazgos, los directores de centros de Cáritas, y los representantes de CONFER y CEDIS. El objetivo es valorar los trabajos del segundo año del PDE, que acaba de finalizar con las respuestas al quinto núcleo de trabajo, dedicado a Las posibilidades que tiene la evangelización hoy en Madrid.

Si al concluir el primer año las propuestas de los grupos de trabajo subrayaban la necesidad de dar testimonio por parte de los laicos, impulsar la pastoral familiar y potenciar la acogida en las celebraciones litúrgicas, en la recta final de este segundo año aterrizan en el terreno de las propuestas concretas.

Para animar a los alejados a encontrarse con Cristo, las 6.773 personas de los 534 grupos que han participado en este quinto núcleo proponen numerosas acciones de Iglesia en salida: tener espacios dentro del entorno parroquial donde se den encuentros personales, como un café después de la Misa de la mañana o una caña después de Misa a mediodía, o iniciativas por el estilo que generen momentos donde hablar de manera distendida y hacer comunidad.

Los grupos piden especialmente aprovechar la oportunidad de evangelizar a los alejados cuando piden alguno de los sacramentos –bautizos, catequesis de Primera Comunión, matrimonios y funerales– para un diálogo más profundo. Más concretamente, acerca de la catequesis de Primera Comunión se pide una mayor relación con los padres, hasta el punto de plantear un catecumenado para ellos.

También se ha insistido en otras propuestas que ya han surgido en otras ocasiones: abrir durante más horas las puertas de los templos y hacerlos más atractivos; y seguir fomentando encuentros con el Señor a través de ejercicios espirituales, cursillos de cristiandad, adoraciones al Santísimo, talleres de oración, grupos Alpha, Taizé, retiros de Emaús, Camino de Santiago, seminarios carismáticos de vida en el Espíritu, o la Noche de los testigos.

Y se pide un mayor hincapié en otra de las vías de entrada hacia el corazón de los alejados como es la de la belleza de los templos, de los cantos de la Eucaristía, la Semana Santa madrileña, conciertos, encuentros de oración, exposiciones…

Para no caer en el activismo, los grupos recuerdan la necesidad de que, antes de salir a evangelizar, los creyentes fortalezcan su fe a través de la dirección espiritual, del grupo de vida cristiana de referencia y de la formación, «para redescubrir con alegría el tesoro que tenemos». En cuanto a la actitud hacia los demás, se pide un cuidado especial del servicio al otro, y que no se sienta nunca rechazado sino acogido tal como es, aprovechando asimismo el apostolado de la amistad para hablar en el momento oportuno del propio itinerario de vida y de nuestro encuentro personal con la fe.

Dejar de hacer lo de siempre

En paralelo a las conclusiones del Consejo Ampliado del PDE, la Vicaría II ha resumido el trabajo de sus grupos considerando las más relevantes para su territorio, así como las más urgentes. Se va a trabajar sobre la complementariedad entre las parroquias de la zona, buscando «dejar de hacer lo de siempre para buscar nuevas formas pastorales». Para ello se va a fomentar la formación del laicado con especial énfasis en la lectio divina, y se va a incidir en el buen funcionamiento y la corresponsabilidad de los consejos parroquiales.

Más en lo concreto, se va a revisar el proceso de iniciación cristiana, y se va a replantear la pastoral familiar en el momento de la preparación al matrimonio y en el del acompañamiento a los matrimonios. Otras acciones en perspectiva consisten en impulsar las unidades pastorales (uniones de parroquias de una misma zona), crear espacios de escucha en las parroquias, y considerar como parroquia no solo el templo, sino también los espacios ciudadanos o las casas de los feligreses.