El cardenal Müller seguirá viviendo en Roma - Alfa y Omega

El cardenal Müller seguirá viviendo en Roma

El exprefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe se dedicará a la investigación científica y a seguir ejerciendo sus «funciones como cardenal». Niega discrepancias doctrinales con el Papa

Ricardo Benjumea

«Sorprendido» pero no «enfadado». Así se encuentra el cardenal Gerhard Müller, a quien a mediodía del viernes el Papa le comunicó que no continuaría como prefecto de la Doctrina de la Fe. El español Luis Ladaria, hasta ahora número dos del dicasterio, tomará el relevo.

Müller le da cierta normalidad a este relevo. «El mandato de cinco años expiró» el 2 de julio, y aunque es habitual que los Papas lo extiendan a un segundo período, entra dentro de lo normal que Francisco haya decidido esta vez no hacerlo, dice el propio purpurado en una conversación con el Allegemeine Zeitung de Maguncia.

Müller se encuentra en esta ciudad alemana para celebrar el 50 aniversario de su graduación como bachiller. Este domingo el purpurado celebró una Misa en la misma catedral en la que fue ordenado en 1978. Concelebraron con él el cardenal Lehmann, obispo emérito y durante muchos años presidente del episcopado alemán; el obispo electo, Peter Kohlgraf, y el auxiliar, Udo Bentz. Varios de los compañeros de juventud del cardenal Müller aprovecharon su presencia en Alemania para arroparle y mostrarle su apoyo, destacando a preguntas de la prensa que, a su 69 años, aunque todavía le falten 6 para la edad de jubilación canónica, tiene ya bien ganado su descanso.

No habla el cardenal alemán sobre ese destino en el Vaticano que, según informaciones periodísticas, le habría ofrecido el Papa, y él al parecer habría rechazado. Sí anuncia, en cambio, al Allegemeine Zeitung que permanecerá en Roma, donde –asegura– «tengo suficientes cosas que hacer». «Me dedicaré a trabajos científicos y seguiré ejerciendo mis funciones como cardenal y pastorales», asegura.

Gerhard Müller niega que haya habido discrepancias entre el Papa y él en cuestiones como la exhortación Amoris Laetitia. «No había diferencias entre Francisco y yo», afirma.

La única desavenencia que deja traslucir el purpurado se refiere a los tres funcionarios de la Congregación de la Doctrina de la Fe, a quienes, hace unas semanas, el Papa envió de vuelta a sus diócesis. «Eran personas competentes», dice Müller.