Tradición y devoción - Alfa y Omega

Tradición y devoción

Cristina Tarrero
Foto: José Luis Bonaño

Durante siglos la vida cotidiana de las ciudades se ha regido por un calendario festivo que mezcla devoción, folclore, cultura e historia. Debemos diferenciar entre las tradiciones, la Tradición con mayúsculas, el folclore y la devoción popular.

Literalmente, la tradición es la enseñanza que se comunica de una generación a otra, y Tradición con mayúscula es la palabra revelada por Dios que se transmite en la Iglesia. Cuando de forma cotidiana nos referimos a las tradiciones, estas son sin duda la herencia de nuestro pueblo que nos informa de sus vivencias. Desde el punto de vista religioso, cuando nos referimos a tradiciones nos estamos refiriendo a prácticas de piedad popular que recuerdan nuestra fe.

Tras el Concilio de Trento invadía una atmósfera de triunfo y de fiesta que se plasmaba en las celebraciones religiosas y en las expresiones culturales. En el siglo XVI había 13 días festivos; y en el siglo XVII, 24. Algunos estaban incluidos en el calendario litúrgico: Navidad, Semana Santa, Corpus…; y otros estaban promovidas por gremios, cofradías o conventos. En Madrid las romerías más significativas eran san Antón, el Santo Ángel y san Blas. San Isidro fue incorporado al calendario festivo una vez canonizado en 1622.

En la España del siglo XXI se mantienen gran parte de esas tradiciones. Muchas de las festividades están vinculadas al calendario litúrgico y se siguen celebrando romerías y procesiones en honor al patrón del lugar. Hay 14 festivos, doce nacionales incluyendo el de la comunidad autónoma, y dos locales. Algunos de ellos se conservan desde la antigüedad otros han ido modificándose, como la Fiesta Nacional, el Día de la Constitución o el Día del Trabajo. Los siete festivos restantes se establecieron en el acuerdo entre el Vaticano y el Estado Español y son: Asunción de la Virgen, Todos los Santos, Inmaculada Concepción, Viernes Santo, Jueves Santo, Epifanía del Señor y san José o Santiago Apóstol. Pero sin duda uno de los cambios más significativos ha sido el traslado de la fiesta del Corpus Christi. La solemnidad del Corpus Christi es 60 días después del Domingo de Resurrección, pero en el año 1989 fue traslada al domingo siguiente para favorecer la asistencia a los fieles dado que en la mayoría de las poblaciones no era festivo.